LA GRATITUD: UN PASO PARA LA FELICIDAD
La insatisfacción es una sensación difícil de ignorar: las cosas no van como nos gustaría, no nos sentimos completamente llenos con nuestras amistades, carecemos de las cosas materiales que deseamos y todo declive en un sentimiento de vacío crónico que nos vuelve envidiosos cuando miramos alrededor y decepcionados cuando nos miramos al espejo.
Las redes sociales, la televisión y revistas impresas no favorecen la situación: pareciera que trabajar por menos de lo soñado es haber fracasado y, al no gozar de cosas increíbles constantemente, nos perdemos de un mundo con más amigos, belleza y un alma gemela.
Gran cantidad del contenido de autoayuda solo se enfoca en resaltar que ser infelices es nuestra culpa por no esforzarnos lo suficiente.
En el marco del Día Mundial de la Felicidad, el equipo de GUÍA SALUD Y VIDA quiere compartir contigo uno de los factores más eficientes para mantener amistades, afrontar tiempos difíciles y combatir la insatisfacción: la gratitud.
Si bien suena a una campaña más de autoayuda, la gratitud de hecho se ha mantenido como un tema importante de estudio dentro del llamado “campo de la psicología positiva” y según diferentes trabajos científicos de la última década: la gratitud puede significar algo diferente para cada quien, pero se traduce a un rasgo de la personalidad, un sentimiento e incluso un comportamiento.
Para darte un ejemplo: podemos sentir gratitud por un gesto amable que tuvo alguien con nosotros, por un clima soleado o incluso una casualidad que nos sorprendió gratamente en el día. La gratitud nos conecta biológicamente a otros como una evolución de la reciprocidad.
Ser recíprocos es un reflejo que encontramos constantemente en la naturaleza. Algunas aves, peces y primates son capaces de intercambiar cosas entre ellos para beneficiarse mutuamente.
Cuando tu cerebro reconoce que alguien ha hecho algo bueno por ti o inclusive a otra persona, reacciona con gratitud y te motiva a ti o a ese otro a devolverlo. Este instinto hace que nos preocupemos por los demás y a su vez, ellos se preocupen por nosotros.
A medida de que el cerebro humano desarrolla la comprensión de emociones positivas, la persona se identifica y se aleja de las intenciones egoístas. Se estimula el ser justos y nos animamos a entablar relaciones más duraderas.
Evolutivamente, el hombre antiguo en su búsqueda de alimento, demostraba gratitud a otro que le mostraba dónde conseguir comida al crear lazos que les permitieron colaborar para dominar la tierra. Estos pequeños gestos a la larga modificaron el comportamiento social que se fundamenta cada vez más en los beneficios de la cooperación y ayuda mutua.
Se ha descubierto que la gratitud a su vez activa caminos del cerebro que estimulan la sensación de recompensa al establecer vínculos sociales y el interpretar las buenas intenciones de los demás beneficia la creación y conservación de memorias positivas, lo que contrarresta aún más los impulsos de envidia, narcisismo, cinismo y materialismo.
Quienes sienten gratitud por la razón que sea, suelen ser más felices, tienden a mostrarse más satisfechos, concilian mejor el sueño y son menos proclives a padecer depresión.
Además de una mejor capacidad de establecer amistades con más facilidad, ser agradecidos nos aleja de las adicciones y nos ayuda en el proceso personal de superar traumas. En cierto modo, esta práctica nos hace más inteligentes a la hora de evadir tentaciones de la vida moderna como lo son el quitarle importancia a los eventos positivos por más pequeños que sean.
Algo que es común es el sentirnos vacíos emocionalmente al conseguir algo que nos costó mucho tiempo, haciéndonos regresar al inicio en la búsqueda de otro gran logro para sentir satisfacción nuevamente y esto solo nos aleja poco a poco de sentirnos satisfechos con nosotros mismos.
Es posible que la soledad nos invada en momentos donde creamos que no contamos con suficientes amigos, cuando la realidad es que pueden haber personas afuera que quisieran pasar tiempo con nosotros. Rechazar propuestas sociales es consecuencia de esta sensación, lo que nos vuelve ciertamente más solitarios.
De sentir gratitud por nuestros amigos, aceptaríamos más propuestas, lo que se convierte en nuevas oportunidades a abrirnos para consolidar nuestras relaciones y conocer gente nueva.
A corto, mediano o largo plazo, la gratitud puede iniciar una costumbre de retroalimentación de emociones positivas lo que es igual a un comportamiento colectivo pro social, lo que causa experiencias sociales positivas y lleva a sentimientos más positivos.
Para resumir, la gratitud se enfoca en la atención que le damos a lo bueno que tenemos y nos ocurre. Contemplar más estas cosas nos lleva a sentirnos mejores con nosotros mismos e incluso nos encamina a seguir creando y viviendo experiencias fantásticas. Si bien la capacidad para ser agradecido varía por la genética, la personalidad y la cultura de cada persona, varios investigadores han podido recomendar una práctica que nos ayudaría a ser más felices agradeciendo.
Entrenar la gratitud no es una respuesta mágica o una cura inmediata, los efectos y nuestros esfuerzos no se pueden sobreexigir porque la vida cambia a cada momento.
Lleva un diario
Expertos promueven el uso de un “diario de gratitud“, lo que significa sentarse unos minutos de una a tres veces por semana y escribir entre 5 y 10 cosas por las que sentirías gratitud. Y sabemos que puede ser complicado al principio, pero puedes iniciar por las cosas más sencillas como el sabor de un jugo bien hecho y un gesto de amabilidad que recibiste en el día.
Aunque parece algo muy sencillo, diferentes participantes en estudios al respecto manifestaron sentirse más felices y satisfechos con la vida en general después de realizar esta rutina unas semanas.
En definitiva, cambiar nuestra percepción de la vida y de nuestro alrededor nos lleva a un progresivo cambio de comportamiento basado en la valoración y la apreciación. Si comenzamos a hacer más introspección y nos damos cuenta de qué cosas o personas apartar de nuestra vida porque no nos convienen, incluso nos veremos a nosotros mismos con optimismo.
El equipo de GUÍA SALUD Y VIDA te invita a disfrutar de este Día Mundial de la Felicidad a reconocer tu humanidad viendo lo negativo, pero quedándote con lo positivo, ya que quizás descubras que tu vida es mucho mejor de lo que crees.
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