Los Hábitos Básicos de la Gratitud
El secreto de la felicidad es contar tus bendiciones mientras otros suman sus problemas. — William Penn
La Palabra de Dios habla sobre ser agradecidos. Hay cientos de versículos que dicen que demos gracias u ofrezcamos alabanzas a Dios. Fuera de la Biblia, encontrarás muchos artículos e investigaciones que exponen los beneficios de ser una persona agradecida. Las personas agradecidas se deprimen menos, obtienen mejores calificaciones en la escuela, duermen mejor, se mantienen saludables, tienen amistades más profundas, y tienen una perspectiva más brillante de la vida. Básicamente, ¡la gratitud es buena para ti!
En 1 Tesalonicenses 5:18, el apóstol Pablo escribió, “Dad gracias en todo; porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.” Vivir como personas agradecidas es la voluntad de Dios para nosotros. Dios sabía antes del inicio de los tiempos cómo nos afectaría positivamente la gratitud; mucho antes de que se escribiera un artículo o un libro sobre el tema. Ya sea que tu vida avanza sin problemas o sientes que estás caminando en arenas movedizas, considera añadir estos hábitos diarios a tu vida:
- Crea nuevos caminos. La Dra. Caroline Leaf, neurocientífica cognitiva y autora, dijo, “Como piensas, cambia la estructura de tu cerebro.” Esto no es fácil. Podemos elegir en lo que pensamos, así que, permitamos que pensamientos de gratitud llenen nuestras mentes.
- Elije cinco cosas. Crea el hábito de decir o escribir cinco cosas por las que estás agradecido. Puedes hacerlo en cualquier momento del día, ¡por la mañana o por la noche!
- Establece una alarma de gratitud. Elige diferentes momentos en el día. Al oír la alarma, pídele a Dios que traiga a tu mente las bendiciones y dones en tu vida y dale gracias por ellos.
- Dile a alguien. Cada día, habla con alguien sobre lo que agradeces. Tal vez sea su amistad, el amanecer, un momento poderoso con Dios, o una bendición inesperada que recibiste. Decirlo lo hace más real.
Es vital que hagamos de nuestra gratitud algo habitual para que cuando las tormentas de la vida nos sobrevengan, sepamos cómo navegar en las aguas turbulentas. Parte de esto es confiar en Dios e incluso elegir ser agradecidos cuando no entendemos el mundo que nos rodea.
Al ejercitar este músculo de gratitud, ya no será algo en lo que tengamos que pensar; se convertirá tan natural como respirar.
Citas Bíblicas para estudiar:
Proverbios 3:5-6
1 Tesalonicenses 5:18
Hebreos 11:1
Amén
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