Ya estamos de lleno enfrascados en la rutina otra vez. El tiempo relajado y los planes en familia son reducidos ya que, iniciaron las clases y nuevamente toca lidiar con las prisas y la vorágine del día a día. Pero mucho cuidado, porque la cotidianidad y la monotonía podrían acabar afectando las relaciones con nuestros hijos, provocando un distanciamiento que nos haga perder esa conexión tan esencial.
Es por ello, que se hace imprescindible encontrar momentos que nos ayuden a tomar oxígeno, a relajarnos y a re-conectar con quienes más queremos; algo que no siempre es fácil de llevar a cabo, pues se requiere de constancia e implicación, ¡pero el esfuerzo bien merece la pena!.
Desayunar con calma
No hay mejor forma de comenzar el día que disfrutar con calma de un desayuno junto a tus hijos. Sé que ésto es complicado, pues entran muy temprano al colegio, pero podemos planificarnos durante la semana para que compartir con ellos unos minutos antes de salir a la escuela mientras comen un poco para romper con el ayuno. Hagamos lo posible para que las prisas de la mañana no nos atrapen y, en la medida que se pueda, dejar todo organizado la noche anterior.
Vivir este primer momento del día sin estrés no solo les ayudará a afrontar la jornada de manera relajada y feliz, sino que es una excelente forma de conectar con tus hijos y poner en común lo que depara el día.
Disfrutar el camino al colegio

El trayecto hacia el colegio no tiene por qué ser un momento aburrido ni monótono, sino todo lo contrario. Aprovecha este ratito para conectar con tus hijos y sus necesidades; pueden conversar de la jornada que viene por delante, de los planes que hay por hacer durante el día, o simplemente canta con ellos.
No dejes pasar la oportunidad de convertir este tiempo en un divertido momento de la rutina diaria, que hara que tu día sea diferente.
Creen un lenguaje secreto
¿Qué te parece la idea de inventar un lenguaje secreto que solo tus hijos y tú entiendan? Ya sea a través de una mirada, el tarareo de una canción especial o un emoji que para ustedes signifique algo importante, los mensajes cifrados son una divertida forma de decirle a tu hijo que «estás» con él y conectas con sus emociones.
Puedes dibujarle un corazón en la mano antes de dejarle en el colegio, colocar un sticker en su almuerzo con su mensaje secreto o cantar juntos esa canción que tanto les gusta por lo que a ambos transmite. ¡Cultiva tu imaginación e inventa tu propio lenguaje con tus hijos!.
Merendar juntos todas las tardes

Prepara una merienda rica y variada, y separa un tiempo del día, de tus «ir y venir» y de tus ocupaciones para sentarte a disfrutar de un deliciosas merienda. Si dispones del tiempo, puedes convertirlo en un hábito, hacerlo a la misma hora todos los días hará que tu hijo esté pendiente de participar todos los días. Aprovecha de este tiempo para conversar sobre lo que hizo en la escuela, lo que le gusta, hacer una manualidad o para contarle tu día, ¡Hay mucho para aprovechar durante este momento!.
Jugar con tus hijos

Por desgracia, algo tan sencillo y básico como jugar con nuestros hijos no siempre se nos ocurre. Y es que a menudo andamos enfrascados en nuestros pensamientos, rutinas o preocupaciones y acabamos olvidando algo esencial. Que padres e hijos jueguen juntos tiene múltiples beneficios, además de ser una excelente forma de crear recuerdos juntos.
Integrarle en las tareas domésticas

Las horas del día dan para lo justo, y entre nuestra jornada laboral y los quehaceres domésticos puede ser difícil sacar tiempo en exclusiva para dedicárselo a los niños. Pero, ¿y si les integramos en las tareas del hogar y disfrutamos junto a ellos de ese momento?
Ya sea haciendo la compra en el supermercado, implicándoles a la hora de preparar la cena o pidiéndoles ayuda para realizar cualquier otra actividad, no solo estaremos fomentando su autonomía, sino que podremos compartir un rato juntos, conectar y aprovechar el momento para conversar.
Practicar alguna actividad juntos

Asistir a clase de tus clases en el gym, aprender a tocar un instrumento, salir a montar en bici, practicar deporte en familia… ¡Son innumerables las opciones que existen para pasar un rato divertido y diferente junto a nuestros hijos!
Seguro que ambos esperan ansiosos este momento del día, que por otro lado, les ayudará a fortalecer su vínculo y conectar de una manera muy especial.
Reír a carcajadas

La risa no solo nos proporciona alegría y bienestar, sino que tiene importantes implicaciones en el óptimo desarrollo emocional de las personas, especialmente de los niños. Es por ello, que encontrar un ratito al día para reír a carcajadas nos hará sentirnos fenomenal, además de ser una excelente manera de conectar con nuestros hijos.
Hacer una guerra de cosquillas, una sesión de chistes, una lucha de almohadas, una carrera, jugar al escondite… ¡encuentra el momento que más risas les provoca y no lo dejes pasar!
Disfrutar del baño
Cuando nuestros hijos son bebés, el momento del baño cobra especial importancia y cuidamos hasta el último detalle para que todo sea perfecto. Pero a medida que van creciendo vamos descuidando este ratito, a pesar de que puede convertirse en el mejor momento del día para todos.
Tanto si optan por bañarse juntos como si no, aprovecha para pasar un buen rato: jugar con la espuma, hacerse peinados mientras se lavan el cabello, o simplemente relajarse al contacto con el agua. ¡Es una manera única de acabar el día!.
Un masaje para dos

El masaje es una excelente manera de conectar con nuestros hijos a través de las caricias. No hay límite de edad para disfrutar de este momento y dejarnos llevar por el contacto piel con piel y las buenas sensaciones que nos transmite.
Podemos dar un masaje a nuestros hijos después del baño o antes de irse a la cama, y ¿por qué no?, pedirles que nos lo den también a nosotros. Coloca música relajante de fondo y utilizad un aceite suave con un olor irresistible: ¿quién necesita un spa pudiendo disfrutar en casa de estos momentos?.
Bailar y desinhibirse

Bailar tiene múltiples beneficios para la salud de todos, ya que ayuda a mitigar el estrés, quemar el exceso de grasa corporal y mantener en forma nuestro esqueleto, músculos y corazón.
¡No hay excusa!: elege tu canción o su canción favorita, despeja los muebles de la habitación y realicen un baile improvisado. ¡Un momento genial para liberar oxitocina y conectar con nuestros hijos de una manera especialmente divertida!
Conversar sobre su día
Con las conversaciones con nuestros hijos ocurre lo mismo que con el juego: es algo tan básico que muchas veces lo descuidamos, no poniendo atención en la manera de formular nuestras preguntas ni en el tipo de comunicación que realmente tenemos con ellos.
Pero no es tan difícil sacar un tiempecito para hablar de manera consciente de nuestro día a día, nuestras inquietudes o lo mejor de nuestra jornada. Eso sí, es importante hablar desde un estado absoluto de conexión, mirando a los ojos de nuestros hijos e interesándonos realmente por lo que nos cuentan.
Cenar en familia

Hay muchos hogares en los cuales la hora de cena es el único momento del día en el que padres e hijos comparten la mesa y un ratito de conversación. Es un hábito que no debemos perder, que nos conecta como familia y favorece la comunicación positiva.
Si tu jornada laboral o sus horarios les impiden realizar muchas de las ideas que hemos propuesto , no pierdas la oportunidad de conectar con tus hijos durante la cena. Pero recuerda que para ello es importante dejar los teléfonos celulares a un lado, apagar la televisión y prestar atención a lo realmente importante.
Leer un cuento antes de dormir

Leer a nuestros hijos un cuento antes de dormir es algo que no deberíamos perder con la edad, pues tiene grandes beneficios para todos, además de aportarnos un relajado momento de conexión antes de irnos a la cama.
Con el tiempo, los cuentos y fábulas pueden ir dando paso a fragmentos de literatura clásica, libros de aventuras, novelas adolescentes o simplemente a un rato de lectura en común.
Abrazos y Besos

Y otra de las cosas que jamás deberíamos perder con nuestros hijos son los momentos de conexión a través de los besos y los abrazos. Cuando son pequeños, estas situaciones surgen de manera espontánea favoreciendo nuestra vínculos.
Pero aunque ya no podamos llevar en brazos a nuestros hijos cuando son mayores, siguen necesitando de nuestro besos y nuestro contacto físico, pues pocas cosas hay más reconfortantes en la vida que las muestras de cariño de un ser querido.
La mayoría de estos momentos están al alcance de cualquiera, pues son situaciones cotidianas que no requieren de mucho tiempo. Sin embargo, es importante ponerlas en práctica de manera habitual desde la implicación consciente y los hábitos.
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