El Vitíligo

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El vitíligo es una enfermedad de la piel adquirida, crónica, de carácter autoinmune, que se caracteriza por la aparición de áreas de despigmentación. Las lesiones pueden ser de cualquier forma y tamaño y pueden afectar cualquier parte de la piel y también mucosas.

Clínica del Vitíligo

Se muestra como manchas de un color más claro de lo normal como resultado de la destrucción de los melanocitos de la epidermis. Es un problema muy común, llegando a afectar a casi el 3% de la población; es algo más frecuente en la mujer que en el hombre, pero no muestra preferencia por ninguna raza. Puede iniciarse a cualquier edad, aunque en más del 90% de los casos se presenta antes de los 40 años.

Clínica

La clínica del vitíligo es muy llamativa, siendo su síntoma característico que se hacen visibles manchas de color claro, que suelen ser simétricas e iniciarse alrededor de orificios corporales (boca, ano…), axilas, alrededor de las uñas, genitales, areolas mamarias, y en zonas donde los huesos son prominentes (como codos y rodillas). También puede llegar a afectar a los ojos y a la mucosa de nariz y boca, aunque estas localizaciones son mucho menos frecuentes.

La mayoría de las veces el vítiligo no producen ningún síntoma como tal, pero algunas personas describen cierto grado de picor sobre estas lesiones. Las manchas suelen aparecer en situaciones de estrés, tensión emocional, por un traumatismo localizado, o bien por quemaduras (especialmente solares). El pelo de estas zonas es inicialmente oscuro y, posteriormente, se torna blanco.

Causas

Su causa es desconocida, aunque se cree que puede tener algún factor hereditario, ya que en el 25% de los pacientes hay antecedentes de algún familiar cercano enfermo de vitíligo. Tampoco se descarta la incidencia una respuesta auto autoinmunitaria, es decir, que el vitíligo sería el resultado de una agresión de nuestras propias defensas sobre la piel, sobre todo porque se asocia a otros trastornos autoinmunes en un mismo individuo, mayoritariamente a trastornos tiroideos.

El diagnóstico y tratamiento del vitíligo es realizado por un dermatólogo, éste último siempre deberá ser específico para cada paciente, según su tipo de afección. Lo más importante en primer lugar es la fotoprotección, ya sea con cremas solares o con ropa, para evitar quemaduras que puedan dar lugar a la formación de más lesiones. 

Tratamiento

Estas cremas solares, además de proteger la piel enferma, limitan el bronceado de la piel sana; de este modo se intenta conseguir un tono uniforme de piel que permita ocultar las manchas en la medida de lo posible. Puede acompañarse, además, de técnicas de camuflaje como el maquillaje o los autobronceadores, que no son dañinos para la piel con vitíligo.

También será útil mantener una dieta rica en frutas y vegetales, ya que estos contienen vitamina C, que funciona como un potente antioxidante y fotoprotector. O tratamiento con corticoides tópicos. O la fotoprotección con rayos puva. En el vitíligo facial se usa fenilalanina oral 45 minutos antes de la exposición solar. En vitíligos estables se han empleado técnicas quirúrgicas. Se trasplantan melanocitos activos desde otras áreas del cuerpo del paciente. Esta técnica puede ser útil para manchas segmentarias.

En los casos de afectación segmentaria o localizada y de inicio más tardío de las lesiones (un 20% de los casos) la piel puede volver a su color original sin ningún tipo de tratamiento. Esto se conoce como repigmentación espontánea, pero en muy pocos de estos casos se trata de una curación completa, normalmente la piel se queda moteada de manchas blancas y oscuras.

Consecuencias sociales…

El vitíligo es una enfermedad con una gran repercusión psicosocial, ya que afecta a zonas visibles, resultando muy difícil para el paciente esconder o disimular las lesiones. Ello puede acarrear complejos, fobia social o, incluso, depresión.

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SALUD NATURALSALUD DE LA A-Z

El propósito de nuestras pruebas – 1 Pedro 4:12-13 – 24 Oct

1 Pedro 4:12-14

No debemos esperar que la vida cristiana sea fácil y cómoda, ya que los creyentes no estamos exentos de pruebas. De hecho, creer en Cristo puede resultar en más problemas y sufrimiento. Pedro se refiere a tales dificultades como una “prueba de fuego”, y nos dice que no nos sorprendamos (1 Pedro 4:12).

Dios usa nuestro sufrimiento para sus buenos propósitos. La esperanza en medio de la aflicción es posible cuando entendemos lo que Dios hace en la situación.

1. EL PADRE CELESTIAL USA EXPERIENCIAS DOLOROSAS PARA PURIFICARNOS

Las pruebas nos dirigen al Señor y abren nuestros ojos a los pecados que hemos tolerado. Su disciplina no está concebida para aplastarnos, sino para producir “el fruto apacible de justicia” (Hechos 12:11).

2. EL SEÑOR PERMITE LA DIFICULTAD COMO UNA MANERA DE PROBARNOS

Su objetivo es producir mayor fe, paciencia y devoción. En vez de quejarnos, debemos regocijarnos en nuestras tribulaciones, al saber que ellas nos ayudan a madurar en el Señor por medio de la prueba de nuestro carácter (Romanos 5:3, 4).

3. DIOS USA EL SUFRIMIENTO PARA MANIFESTAR SU PODER

Las pruebas nos enseñan humildad al revelar nuestras debilidades (2 Corintios 12:7-10). Nos enseñan a depender del Señor para perseverar y madurar.

4. NUESTRO SUFRIMIENTO TIENE BENEFICIOS ETERNOS

La aflicción terrenal “produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria” (1 Pedro 4:17)

Permita que estas verdades le animen y así pueda ver su próxima prueba desde la perspectiva de Dios. Aunque es posible que no lo sienta en ese momento, el Señor está con usted. Él es su esperanza y todo lo que necesita.

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MEDITACIÓN DIARIA

Aprende a poner límites

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Si te cuesta trabajo no complacer a todo el mundo y no pones límites, es probable que termines descuidando tus propias necesidades. A continuación te ofrecemos algunos consejos para que seas Tú, primero.

¿No puedes dejar de complacer? Dado que es una mecánica aprendida desde la infancia, atreverse a no gustar es un arte que se conquista poco a poco.

Te dejamos algunos consejos importantes que ayudarán a tu liberación:

RECONOCE TUS DONES

En lugar de compararte con los demás, anhelando con amargura lo que otros tienen y a ti te falta, hazte la pregunta: “¿Qué es lo que me hace único?”. Seguro que tienes características y talentos distintos a estas personas a las que admiras.

Sin caer en el egocentrismo, ser consciente de ellos te permitirá recorrer un camino propio, en lugar de estresarte siguiendo la estela de los otros.

NO PASA NADA SI NO TE QUIEREN

Aspirar a ser amado por todo el mundo es tan natural como imposible. Existen tantas sensibilidades, temperamentos y puntos de vista distintos que por fuerza habrá una parte de la población que no “nos soporte”.

En una ocasión, la novelista Care Santos dijo: “Pobre de aquel que a partir de los 40 no se haya ganado un par de buenos enemigos”. Con ello se refería a que el roce constante del vivir trae amistades… y desencuentros. La única manera de no cosechar antipatías sería frecuentar un círculo tan pequeño que acabaría ahogándonos.

CAER MAL ES UN PRIVILEGIO

Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia. Muchas aversiones ocultan admiración o envidia, con lo que es una forma negativa de reconocimiento.

En una de sus meditaciones, Marco Aurelio afirmaba: “El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele”.

En entornos y situaciones hostiles, resultar antipático puede ser un acto de asertividad.

EL AMOR NO SE PUEDE COMPRAR

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Comenta el doctor Antoni Bolinches que las personas que no se han sentido amadas en la infancia tratarán de “comprar” de adultas el amor de los demás. Y lo harán a través de continuos favores, buscando complacer con una atención desmedida a las necesidades de los otros, invitando de manera irreflexiva, regalando su tiempo, entre otras acciones.

Sin embargo, nada de esto ayuda a formar vínculos saludables. Al contrario, cuando la relación de “dar y recibir” entre dos personas está descompensada, el que recibe demasiado acaba sintiéndose incómodo por una deuda creciente que no puede pagar y, de forma inconsciente, acaba rompiendo el lazo.

ESTABLECE LÍMITES CLAROS

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Al ocuparnos de las tareas de los demás estamos sembrando futuros conflictos.

  • En primer lugar, porque así favorecemos el desequilibrio en la relación.
  • En segundo lugar, porque quien se ocupa de la tarea de otros antes o después reclama una contrapartida que muchas veces no llega.

IDENTIFICA LO QUE QUIERES

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En la historia de Fausto, de Shakespeare, el diablo sondea al protagonista con la pregunta: “¿Cuál es tu deseo?” y su cumplimiento va a acarrearle terribles consecuencias.

De manera injustificada, en nuestra tradición late la idea de que está bien ocuparse de las necesidades de los demás, de que complacer incesantemente es lo correcto, y no nos ocupamos de las necesidades propias. Sin que ello signifique ser esclavo de los caprichos del momento, tomar conciencia de lo que de verdad queremos en la vida nos ayudará no solo a realizarnos, sino también a ser más útiles para los demás.

DISFRUTA TU SOLEDAD

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Decía el poeta Antonio Machado que “Quien habla solo / espera hablar a Dios un día”, en el sentido de que una comunicación íntima es el primer paso para una relación profunda con el mundo.

Las personas que necesitan desesperadamente estar acompañadas fomentan vínculos de dependencia y toxicidad.

Para estar bien con los demás, primero debes aprender a estar cómodo contigo mismo. En suma, ser tu mejor amigo.

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MEDITACIÓN DIARIAMENTE SANA

¿Por qué las dietas DETOX no funcionan?

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¿Buscando la fórmula para deshacernos del peso de la culpabilidad? Durante el día nos complacemos con caprichos: la merienda, el café, un postre… ¿no?. Y repentinamente nos llega el remordimiento de conciencia y deseamos soluciones milagrosas. Entonces es cuando aparece la palabra «detox».

¿Qué pueden hacer estos «sistemas» para ayudarnos? En realidad, nada. Las dietas detox no funcionan. Así de sencillo. Es más, podrían ser bastante insanas. El único (y mejor) truco para perder peso y sentirnos mejor es la adherencia.

El mundo detox es una mentira

El concepto está terriblemente extendido: es fácil de comprender, llamativo y está relacionado con nuestra salud. «Hay que eliminar esas toxinas que hemos metido en nuestro cuerpo para hacer que funcione mejor». Esta premisa, que parece lógica, y es en realidad muy falsa. Empecemos con lo más básico, que es el lenguaje. En realidad, lo «detox» no existe, porque no existen las toxinas. Bueno, no existen en el sentido que se les da en este contexto.

La palabra toxina proviene de toxikon, que en griego significa «flecha», que se transformó en toxicum en latín, haciendo referencia a su potencial dañino. Se denominan toxinas a las sustancias de origen biológico, producidas de manera artificial, cuya finalidad es dañar un organismo. Por ejemplo, podemos llamar toxinas a la ponzoña o al veneno que producen ciertos animales, o las sustancias de ciertas bacterias.

Pero jamás deberíamos llamar toxinas a las sustancias de desecho que produce nuestro propio cuerpo. Es más, tampoco podemos llamar toxinas a las sustancias dañinas procedentes de otras fuentes cuya finalidad no era, en primer lugar, hacernos daño. Un metal pesado, por ejemplo, no es una toxina. Una grasa mala, el exceso de azúcar… tampoco lo son, ni lo serán nunca.

Pero no es solo una cuestión semántica. Puesto que son desechos producidos por nuestro propio cuerpo, es bastante erróneo pretender que este no es capaz de lidiar con ellos.

Lo único que necesitamos para deshacernos de esas mal llamadas toxinas es nuestro sistema excretor, sin batidos, sin tés, sin nada más.

El lado oscuro del detox

Por el momento no existe evidencia de que las dietas «detox» sean capaces de ayudar a nadie a estar más sano o a perder más peso. Lo único en lo que se basan es en experiencias «personales» y testimonios particulares. Todas las pruebas científicas a las que han sido sometidas las han ido desacreditando en sus afirmaciones.

Es más, asociadas a estos patrones y productos, existen una serie de premisas que podrían resultar peligrosas. Lo malo que tienen las dietas detox es que cambian nuestros patrones alimenticios de forma más o menos radical y no suelen hacerlo para bien.

¿Por qué?

  1. Porque eliminan por completo nutrientes o grupos de alimentos. Estos suelen ser sustituidos por zumos vegetales, en su mayoría, o productos similares.
  2. Prometen una pérdida de peso rápida a costa de comprar un suplemento concreto (batidos, pastillas, entre otros).
  3. Y más importante, proponen una dieta a corto plazo. Esta combinación es el ejemplo perfecto de lo que no debemos hacer si queremos perder peso.

Las dietas no sirven para nada

Si lo que queremos es estar más sanos, y quitarnos unos cuantos kilos que creemos que nos sobran, una dieta nos servirá… durante unos meses. Poco después, casi con total seguridad, volveremos a caer de golpe en nuestro peso, si no cogemos más. El temido efecto rebote hará sus estragos en nuestra salud.

Más del 80% de las personas que siguen una dieta, durante un periodo limitado de tiempo, vuelve a recuperar el peso perdido. Esto es lógico porque volvemos a nuestros hábitos, los mismos que nos hicieron alcanzar el sobrepeso.

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Las dietas detox tienen lo peor de estos dos conceptos: se basan en una idea falsa (que hay que eliminar ciertas sustancias de nuestro cuerpo, como si estuviera contaminado) y prometen resultados cortoplacistas y rápidos. Pero dejarse embaucar por estos es un terrible error.

Repite: “La única opción para perder peso de manera segura es la adherencia”

Dejando de lado el término «dieta», a nivel técnico, más que seguir una dieta en el sentido coloquial que todo el mundo comprende, es mucho más importante cambiar nuestros hábitos nutricionales. En vez de sustituir temporalmente ciertos alimentos por otros «detox», es mejor acostumbrar nuestro paladar, y nuestro estilo de vida, a cambios saludables.

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Estos consisten en cosas sencillas, pero duras de acatar: reducir el azúcar, la cantidad de grasas, comer comida lo más natural posible y rechazar los ultraprocesados. También es imprescindible aumentar el consumo de verduras y frutas, más legumbres y algún cereal, reduciendo cosas como las harinas refinadas o la cantidad de aceites de mala calidad que comemos.

A todo esto, sin más remedio, hay que añadirle más actividad físicaNo tiene por qué ser deporte (aunque sería muy beneficioso). Basta con algo de actividad ligera o moderada: salir a pasear más a menudo, bailar… movernos, esforarnos un poco.

Cambiar nuestros hábitos poco a poco, adaptándonos y no haciendo los sacrificios que exigen las «dietas» (y más, las dietas detox), es el camino para conseguir el «grial» de la salud: la adherenciaUn cambio de vida a un estilo más saludable, por pequeño que sea, permanente, vale un millón de veces más que cualquier resultado (falso) obtenido por seguir una dieta detox.

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Brote de Hepatitis A

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La hepatitis A es una infección del hígado sumamente contagiosa causada por el virus de la hepatitis A. Es uno de varios tipos de virus de hepatitis que causa inflamación y afecta al funcionamiento del hígado.

La hepatitis A puede contraerse por ingerir alimentos o agua contaminados, o por el contacto directo con personas u objetos infectados. Este virus se encuentra sobre todo en las heces y la sangre de una persona infectada. El virus esta presente aproximadamente de 15 a 45 días en incubación antes de que presenten los síntomas y durante la primera semana de la enfermedad.

Una de las mejores maneras de protegerse contra la hepatitis A es practicar una buena higiene, como lavarse las manos con frecuencia. Las personas con mayor riesgo pueden aplicarse la vacuna.

Síntomas

Los signos y síntomas de la hepatitis A, generalmente, aparecen después de haber tenido el virus durante algunas semanas.

Los signos y síntomas pueden comprender los siguientes:

  • Fatiga
  • Náuseas y vómitos repentinos
  • Dolor o malestar abdominal, especialmente en la parte superior derecha debajo de las costillas inferiores (en la zona del hígado)
  • Evacuaciones intestinales de color arcilla
  • Pérdida de apetito
  • Poca fiebre
  • Orina de color oscuro
  • Dolor articular
  • Color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia)
  • Picazón intensa

Estos síntomas pueden ser relativamente leves y desaparecer en pocas semanas. Sin embargo, a veces, la esta infección ocasiona una enfermedad grave que dura varios meses.

Cuándo consultar al médico

Pide una consulta con tu médico si tienes signos o síntomas de hepatitis A.

Recibir una vacuna contra la hepatitis A o una inyección de inmunoglobulina (un anticuerpo) en un plazo de dos semanas desde la exposición al virus puede protegerte de la infección.

Pregunta a tu médico o al departamento de salud local sobre la aplicación de la vacuna contra la hepatitis A en los siguientes casos:

  • Come o bebe alimentos o agua que han sido contaminados por heces (materia fecal) que contienen el virus de la hepatitis A. Las frutas sin pelar, las verduras y los mariscos crudos, el hielo y el agua son fuentes comunes del virus de la enfermedad.
  • Entra en contacto con las heces o la sangre de una persona que en el momento tiene la enfermedad.
  • Alguien cercano a ti recibe un diagnóstico de hepatitis A
  • Una persona con hepatitis A le pasa el virus a un objeto o alimento debido al lavado deficiente de las manos después de usar el inodoro.
  • Participa en prácticas sexuales que implican contacto oral y anal.

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El Poder del Espíritu Santo – Hechos 1:8 – 23 Oct

Hechos 1:4-8

¿Se ha sentido alguna vez desanimado en su andar de fe? Si es así, entonces está justo donde Dios quiere que esté, porque ha descubierto que nadie puede vivir en total santidad. Todos estamos en la misma situación; sin embargo, hay alguien que tiene el poder que necesitamos: el Espíritu Santo.

Cuando los discípulos recibieron de Cristo la tarea de predicar el evangelio a todo el mundo, no tenían la capacidad para llevarla a cabo. Por eso les dijo que esperaran hasta que viniera el Espíritu Santo. De la misma manera, si esperamos lograr lo que Dios desea, necesitamos vivir con total dependencia de la tercera Persona de la Deidad.

El poder del Espíritu es la energía y autoridad de Dios liberadas en la vida de los creyentes con el propósito de que vivan con rectitud y tengan un servicio fructífero.

Cuando andamos en el Espíritu, confiamos en su poder para cumplir la voluntad de Dios. Como resultado, experimentamos los siguientes beneficios:

  • Nos cansamos, pero no desfallecemos.
  • Confiamos en Dios, en vez de tratar de manipular nuestras circunstancias.
  • Experimentamos circunstancias difíciles, pero no nos desesperamos.
  • No nos agobiamos con desánimo, pues sabemos que el Espíritu en nosotros nos capacita para hacer lo que nos ha llamado a hacer.

Si hacemos el trabajo de Dios con su poder, a su manera y con su sabiduría, seremos bendecidos sin importar lo que suceda a nuestro alrededor.

Caminar en el Espíritu no significa que la vida será fácil, sino que nunca tendremos que transitarla solos, porque nuestro Ayudador siempre estará con nosotros.

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6 beneficios que la avena le regala a tu cuerpo

La avena es un alimento que cae bien al cuerpo y no es por casualidad. Su fibra y sus antioxidantes le otorgan propiedades contrastadas que la convierten en un cereal terapéutico. ¡Descúbrelas!.

Los copos de avena son prácticos, deliciosos y muy nutritivos, así que no es extraño que se hayan convertido en uno de los ingredientes más apreciados en la alimentación saludable.

Puedes disfrutarlos en mueslies o atoles con un poco de leche vegetal, o en barritas de cereales, cupcakes, muffins u otros dulces, aunque el cereal, que puede conseguirse en versión sin gluten, también se puede consumir cociendo directamente el grano.

Cuando se incorpora la avena a la dieta habitual, por ejemplo los copos en el desayuno, es fácil sentir que muchas cosas mejoran: sienta bien al organismocausa saciedadse regula el tránsito intestinal… Pues bien, no son imaginaciones. Estos beneficios son mucho más que una simple percepción y no son los únicos.

CÓMO CUIDA LA AVENA DE TU SALUD

La avena es un cereal muy completo y equilibrado. Junto a los carbohidratos y la fibra, aporta más proteína, grasa y minerales que otros cereales.

Aporta, por ejemplo, muy buenas cantidades de magnesio, cobre, hierro, cinc y vitamina B1, así como pequeñas dosis de calcio, ácido fólico y otras vitaminas del grupo B. Además, es muy rica en manganeso. Y todo esto de forma muy condensada: en poca cantidad y sin aportar demasiadas calorías.

Esta composición, junto a la presencia de varias sustancias que la hacen única, le otorga ventajosas propiedades para la salud.

1. Es rica en antioxidantes

Las avenantramidas son unos polifenoles que se encuentran casi exclusivamente en la avena.

Estos antioxidantes no solo combaten la oxidación celular sino que tienen un efecto regulador de la presión arterial y antiinflamatorio. Esto se debe a que aumentan la producción de óxido nítrico, un gas favorece la dilatación de los vasos sanguíneos.

2. Alimenta las bacterias buenas del intestino

La avena es rica en una fibra soluble llamada betaglucano, que es fermentable. Eso hace que tenga un efecto prebiótico en el intestino, es decir, que alimente las bacterias beneficiosas que componen la microbiota.

3. Regula los niveles de azúcar

Los betaglucanos, al ser solubles en agua, forman un gel durante la digestión que enlentece el vaciado del estómago y el paso de los azúcares a la sangre.

Esto hace que la avena ayude a reducir los niveles de azúcar en sangre y a mejorar la respuesta insulínica. Se considera especialmente útil en casos de diabetes de tipo 2. 

4. Te ayuda a reducir el colesterol

Los betaglucanos de la avena también contribuyen a reducir el colesterol malo LDL, en parte reduciendo la absorción del colesterol que aportan otros alimentos.

Por otro lado, sus avenantramidas pueden contribuir a evitar la oxidación del colesterol, especialmente si se consume la avena acompañada de alimentos ricos en vitamina C. Todo ello hace que la avena sea ideal para incluir en la dieta a fin de prevenir trastornos cardiovasculares.

5. Previene la aparición del asma

La introducción temprana de la avena en la dieta de los niños reduce el riesgo de que desarrollen asma de tipo persistente.

6. Mantiene tu peso a raya

Como hemos visto, la avena no dispara el azúcar en sangre y esto puede resultar de ayuda en este sentido, pues evita los altibajos además resulta saciante, todo lo cual ayuda a controlar la ingesta y a reducir peso.

A ello se suma el hecho de que la fibra de la avena mejora el estreñimiento.

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