Un efecto psicológico causado por la sugestión. Descubrimos cómo funciona exactamente.
En nuestra vida diaria es frecuente que tomemos medicamentos y nos sometamos a diferentes tratamientos con el fin de mejorar nuestra salud o superar un problema concreto. En más de una ocasión hemos oído hablar de las ventajas de algunas técnicas que no gozan de reconocimiento científico y a pesar de todo a mucha gente parecen funcionarle.
Tanto en estos casos como en muchos otros tratamientos más reconocidos, es lícito preguntarse si lo que nos tomamos o hacemos realmente tiene un efecto real en nuestra salud. Dicho de otro modo, ¿el tratamiento que estoy siguiendo es realmente efectivo o tiene la propia mejoría otra explicación? Tal vez estemos ante un caso de efecto placebo. Veamos a continuación qué quiere decir esto y de qué manera se tiene en cuenta este fenómeno en el contexto clínico.
¿Qué es el efecto placebo?
Entendemos como efecto placebo aquel efecto positivo y beneficioso producido por un placebo, elemento que por sí mismo no tiene un efecto curativo en la problemática que se está tratando por el mero hecho de su aplicación. Es decir, la sustancia o tratamiento no posee cualidades que produzcan una mejoría en la sintomatología, pero el hecho de que se está recibiendo un tratamiento provoca la creencia de que se va a mejorar, cosa que por sí misma provoca la mejoría.
La consideración de placebo no se circunscribe únicamente a sustancias, sino que también puede aparecer bajo tratamientos psicológicos, cirugías u otras intervenciones.
En el caso de que por placebo nos refiramos a una sustancia, ésta puede ser un elemento totalmente inocuo (una solución salina o azúcar, por ejemplo) también llamado placebo puro, o una sustancia que sí tiene un efecto terapéutico para alguna enfermedad o trastorno pero no para la que se ha prescrito. En este segundo caso estaríamos ante un pseudoplacebo.
Su funcionamiento
El funcionamiento de éste fenómeno se explica a nivel psicológico por dos mecanismos básicos: el condicionamiento clásico y las expectativas.
En primer lugar, el paciente que recibe el placebo tiene la expectativa de recuperarse, en función de la historia de aprendizaje seguida a lo largo de su vida, en la que generalmente se produce una mejoría tras seguir un tratamiento.
Estas expectativas condicionan la respuesta al tratamiento, favoreciendo la respuesta de recuperación de la salud (este hecho se ha demostrado en la respuesta inmunológica). A mayor expectativa de mejora, mayor es el efecto del placebo, con lo que el condicionamiento será cada vez mayor. Eso sí, para que funcione correctamente el primer paso debe ser exitoso.
Otros factores que influyen en este efecto psicológico
El efecto placebo también se ve mediado por la profesionalidad y la sensación de competencia que proyecta quien lo administra, el contexto en el que se lleva a cabo la toma, el tipo de problema al que se hace frente y otras características como el coste, la presentación, los materiales o los rituales necesarios para tomarlo.
Placebos de apariencia más cara y más elaborada tienden a ser más efectivos. Por ejemplo, una pastilla de azúcar es más efectiva como placebo si tiene forma de cápsula que si tiene forma de terrón. De algún modo, la apariencia de exclusividad hace que las expectativas sobre su eficacia suben o bajen de manera paralela a esta.
Las bases neurológicas del placebo
A nivel neurofisiológico se ha demostrado que la aplicación del placebo estimula la corteza frontal, el núcleo accumbens, la sustancia gris y la amígdala activando las vías dopaminérgica y (en menor medida) la serotoninérgica. Esta activación provoca una sensación de recompensa y relajación que coincide con la mejoría percibida por los pacientes.
Pacientes con dolor, síntomas somáticos, Parkinson, demencia o epilepsia se han visto beneficiados del uso de placebos en entornos de investigación, mejorándose su situación. Los efectos son especialmente marcados en aquellos aquejados de dolor, teniendo mayor efecto cuanto mayor el placebo y el dolor inicial.
Sin embargo, el mecanismo de acción del efecto placebo sigue siendo, en parte un misterio. Lo intrigante de este proceso es que parece tratarse de un fenómeno en el que el pensamiento abstracto llega a influir procesos mentales muy básicos y primitivos, que actúan de manera parecida en animales no humanos.
El Efecto Nocebo
El efecto placebo tiene una contraparte, el conocido como efecto nocebo. En este efecto el paciente sufre un empeoramiento o un efecto secundario debido a la aplicación de un tratamiento o un placebo, siendo este inexplicable por el mecanismo de acción del medicamento.
Si bien la investigación de este fenómeno es menor ya que es menos frecuente, puede ser explicado por los mismos mecanismos de expectativa y condicionamiento que el placebo: se espera que un síntoma negativo vaya a ocurrir. Un ejemplo de ello es el acontecimiento de síntomas secundarios que los pacientes han visto en un prospecto a pesar de que a nivel biológico no existen amenazas.
Aplicado a la investigación, el efecto nocebo también es lo que hace que los estudios basados en sustituir el grupo control por uno de pacientes en lista de espera no sean del todo válidos, ya que este fenómeno psicológico hace que estos pacientes tiendan a sentirse peor de lo que lo harían si no estuvieran esperando tratamiento, al tener muy presente que aún no se les ha administrado nada para curarlos.
Hay que tener en cuenta que la investigación sobre el efecto nocebo es complicada, dado que plantea dilemas éticos, y por ello se estudia de manera indirecta a partir de fenómenos que existen al margen de cualquier programa de investigación.
El efecto nocebo es el culpable de que algunas personas sufran efectos adversos al recibir un tratamiento solo porque los esperan de antemano. Un nuevo trabajo revela claves de este curioso fenómeno: si el paciente cree que el fármaco es caro, los daños se hacen más intensos. Las áreas cerebrales implicadas son similares a las del placebo.
Muchos estudios se han centrado en el efecto placebo. No hay tantos que investiguen el efecto nocebo porque éticamente es más difícil
Para concluir
Hay que tener en cuenta que puede encontrarse el efecto placebo incluso en tratamientos de efectividad comprobada. Un ejemplo claro puede verse en una recuperación o mejoría inmediata ante la toma de un medicamento, como por ejemplo un antidepresivo. Si bien la efectividad del tratamiento puede estar comprobada, por lo general estos medicamentos tardan semanas en ser efectivos, con lo que una mejoría muy temprana puede deberse al efecto placebo. De este modo, tanto este fenómeno como la curación producida mediante el mecanismo de eficacia de la psicoterapia o de un fármaco pueden solaparse
Es importante también tener en cuenta que el efecto placebo no es imaginario; se da realmente una mejoría en el estado psíquico o incluso físico (el sistema inmunológico y neuroendocrino especialmente) real, es decir, que en muchos casos es comprobable objetivamente y genera cambios físicos, aunque generalmente no radicales.
Por otro lado, si bien se ha demostrado la utilidad de este efecto en algunos tratamientos médicos, hay que tener en cuenta la posibilidad de un uso perverso del mismo, siendo usado con el objetivo de obtener beneficio económico en multitud de productos “milagrosos”.
Para más información, te invitamos a visitar nuestros enlaces: