Cosas que solo Jesús puede darte: Día 1 – Juan 3:3 – May 15

«Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios»

Solamente Jesús puede darte un nuevo comienzo

La frase «nacido de nuevo» ha llegado a ser muy bien conocida en nuestra cultura. Esta frase viene de una conversación en una noche, entre Jesús y un hombre llamado Nicodemo. Nicodemo era uno de los 70 mandatarios de Israel y un prominente maestro en la tierra. Una noche bajo la oscuridad, para que nadie lo viera, Nicodemo vino a Jesús y simplemente le dijo, «Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él», (Juan 3:2).

Aunque los fariseos se oponían a Jesús, Nicodemo no podía negar que Jesús era un maestro enviado por Dios. Jesús ignora la declaración de Nicodemo y va al motivo de su visita. Fue a la pregunta que estaba enterrada en lo profundo del corazón de Nicodemo, demasiado profundo quizá, para que aún Nicodemo se diera cuenta de ello. Jesús declaró, «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios».

Jesús está diciendo: Nicodemo, tú debes nacer de nuevo, nacer nuevamente, nacer de arriba. Tú necesitas un nuevo nacimiento. Si una persona va a ver el reino de Dios, si cualquier persona va a ser salva e ir al cielo, entonces esa persona debe nacer de nuevo. Nicodemo, tú puedes ser un buen religioso. Puedes ser miembro del Sanedrín. Puedes ser un maestro de Israel. Tú puedes tener un gran entrenamiento teológico. Pero, tú necesitas nacer de nuevo.

Con una simple declaración, Jesús barrió con todo el fundamento que Nicodemo tenía, todo lo que había aprendido y los esfuerzos de la religión. Él no necesitaba religión, reforma o conocimiento. Nicodemo necesitaba nacer de nuevo. Dos versos después, Jesús clarificó qué significa nacer de nuevo, cuando dijo, «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios». Jesús simplemente reitera lo que acababa de decir sobre el nuevo nacimiento. Nosotros debemos nacer de nuevo, eso es, nacer del agua y del Espíritu. Nosotros debemos tener un nuevo nacimiento, un nuevo nacimiento espiritual. Es el trabajo del Espíritu. Piensa en cuánto contribuiste en tu nacimiento físico. Esa es la cantidad precisa en que tú contribuyes en tu nacimiento espiritual. Es el trabajo de Dios para ti.  

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MEDITACIÓN DIARIA

Términos sexuales que se han popularizado durante la pandemia

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La sexualidad, el sexo y las relaciones son temas complejos en los que en muchas ocasiones nos cruzamos con términos que no siempre sabemos lo que son. Además, la pandemia ha cambiado nuestra forma de relacionarnos (también sexualmente hablando) lo que ha propiciado que nuevos términos salgan a la palestra y se conviertan en habituales.

Y como compartir es vivir, hemos recopilado algunos de estos términos sobre sexo y relaciones en un pequeño diccionario para que todos sepamos de qué estamos hablando cuando decimos que tenemos una vacucita o que vamos a practicar un poco de shibari con nuestra pareja.

Benching

¿Sabes cuándo alguien dice que tiene un plan B? Pues este término está estrechamente relacionado con ello porque es tener un “reserva”, en cuanto a relaciones se refiere. Viene de la palabra bench (banquillo en inglés), y en muchas ocasiones puede estar relacionado con el término paperclipping.

Boobgasm

Si crees que solo es posible que una mujer llegue al orgasmo con la estimulación del clítoris, no puedes estar más errada. Por suerte el cuerpo femenino (y también el masculino) está repleto de zonas erógenas que son susceptibles de excitarnos y hasta de provocarnos un orgasmo. El boobgasm es el orgasmo que se produce solo estimulando los pechos y concretamente, los pezones.

Booty call

Este término hace referencia a ese mensaje que se manda solo para tener un encuentro sexual sin compromiso. Una llamada o un mensaje con la única intención de pasar un rato divertido juntos.

Coitocéntrico

Ahora que el placer femenino ha reclamado su lugar en el mundo del sexo, hemos oído hablar en muchas ocasiones del término coitocétrico. Hace referencia a las personas enfocadas únicamente en el coito (entendiendo este como la penetración), y que dejan de lado todo lo demás.

Confirrollo

Son muchas las zonas con restricciones, las ciudades confinadas o con cierre perimetrales en el mundo entero. El término confirrollo nace del confinamiento y hace referencia a esas relaciones que tienes durante esos períodos y desde casaEl sexting y el cibersexo son la clave para ellas.

Cubbing

El cubbing es una tendencia sexual “de moda”, que en realidad lleva mucho entre nosotros. Candace Bushnell, autora de la columna que inspiró Sexo en Nueva York lo acuñó hace ya años y es el término que describe las relaciones de amor y sexo entre mujeres mayores de 50 años y hombres mucho más jóvenes.

Viene de la palabra cub (cachorro en inglés), y la diferencia con las cougar (mujeres atraídas por hombres jóvenes), es que en el cubbing hablamos de una relación recíproca. Un ejemplo lo tenemos en la serie de HBO ¿Por qué matan las mujeres? con el personaje de Lucy Liu.

Cuffing season

Se le llama cuffing season a la temporada de acurrucarse, ni más ni menos. Un término que combina a la perfección con el plan Netflix&Chill que incluye manta, cotufas o palomitas y cine en casa. Es aprovechar para los mimos, los largos abrazos y las caricias eternas.

Fingering

Ya sabemos que en el placer lo más importante no es la penetración. El fingering es todo aquel “juego” que hacemos con los dedos, desde acariciar los pezones a la zona perianal o estimular el clítoris solo con ellos.

Mastur dating

Y si no se puede tener una cita durante la pandemia, ¿por qué no tenerla con uno mismo? Un baño relajante, velas, música, un libro de temática erótica y un final feliz masturbándonos con calma.

Mastur dating es tener una cita contigo mismo y con tu placer, sin prisas.

OMing

La también llamada meditación orgásmica consiste en una estimulación durante más de 10 minutos de una zona de la parte superior del clítoris no con la intención de llegar al orgasmo, sino con la que se trabaje la que llaman “consciencia sexual”.

Pegging

Este término rompe con la práctica heteronormativa porque hace referencia a una práctica sexual en una pareja heterosexual en la que la mujer se pone un arnés con un dildo para practicar sexo anal con su pareja masculina.

TickIing

La knismolagnia, una filia que es la excitación al hacer o recibir cosquillas. Pues el tickIing es el acto de hacer cosquillas durante el sexo para excitar a tu pareja. No tienes porque tener knismolagnia para disfrutar con el tickIing.

Shibari

El Shibari o Kinbaku es un tipo de bondage japonés que consiste en atar siguiendo ciertos principios técnicos y estéticos y empleando cuerdas generalmente de fibras naturales. Es una práctica milenaria que se ha puesto de moda en el mundo y que usa las ataduras para generar placer.

Vacucita

Con el Covid-19 azotando fuerte hay muchos que solo tienen citas con gente que esté vacunada. Es lo que ha llamado una “vacucita”. En teoría busca que el encuentro sea free covid para evitar riesgos y hay muchos usuarios que están hasta mencionándolo en sus cuentas. Según informa The New York Times, en Tinder las menciones de las vacunas en las biografías aumentaron un 258 por ciento entre septiembre y diciembre, y también la cantidad de match de esos perfiles.

Zoom-boom

Lo que antes habríamos llamado cibersexo ahora ha mutado a zoom-boom. Es una cita para mantener una relación sexual a distancia, a través de la aplicación Zoom. Algo que durante la cuarentena fue más que habitual.

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RELACIONES – SALUD – SALUD DE LA A-Z – SALUD SEXUAL

DECISIONES: ¿Cómo sé que lo estoy haciendo bien?

A menudo nos encontramos frente a situaciones en las que creemos que hay que elegir entre «ésto o aquello», y la decisión, planteada de esta manera, nos hace sufrir. Pero ¿qué pasaría si nos decidiéramos por «ésto y aquello»?.
Desarticular las falsas disyuntivas, aprender a integrar las opciones en vez de reducirlas, nos abre la puerta a una vida más enriquecedora.

Para mí, las cosas son blancas o negras; no grises». «¿A quién quieres más, a tu papá o a tu mamá?» «O estás con ellos o estás con nosotros, decídete». «Si trabajo, no puedo estudiar; si estudio, no puedo trabajar». ¿Has dicho o escuchado alguna vez alguna de estas frases? Quien más quien menos, todos conocemos estos planteamientos.

Sin darnos cuenta, vivimos inmersos en afirmaciones o creencias de este tipo, que revelan cómo vivimos y nos relacionamos, cuál es nuestra actitud en el el mundo. Este tipo de preguntas o afirmaciones nos coloca ante dos opciones posibles que parecen siempre contradictorias, obligándonos a elegir una de ellas. Y tras la elección, nos sentimos incómodos, invadidos por la culpa, la incertidumbre o el descontento. ¿Habremos elegido bien? ¿Estarán conformes con nuestra decisión? ¿Lo estamos nosotros?

Los términos de la polaridad se necesitan, se relacionan y crean significados nuevos que son más que la suma de las partes.

Enredados en estas dudas, se nos escapa una idea: quizá no se trata de elegir sino, acaso, de integrar. Decía Carl Jung, el padre de la psicología profunda, que todo aquello que puede ser nombrado lo es porque conocemos su opuesto. Nada significaría el placer sin el dolor, el día sin la noche, el frío sin el calor, el amor sin el rencor, la esperanza sin la desazón…

¿Estamos condenados a elegir?

Cuando dices que para ti las cosas son blancas o negras, ¿no te estás perdiendo el gris con toda su riqueza? ¿No puedes querer a tu mamá y a tu papá de manera distinta, pero con igual intensidad? Muchas veces, entre “ellos” y “nosotros” puedes encontrar un punto que te permita dialogar con ambos; no serás un tibio ni un indeciso, sino alguien que ha aprendido a pensar por su cuenta y a elegir bajo su propia responsabilidad. Si trabajas mientras estudias, seguramente deberás esforzarte más, pero sin duda enriquecerás tu experiencia de vida.

Como en estos casos, tropezamos a cada momento con falsas opciones que, en lugar de ampliar nuestras posibilidades existenciales, las estrechan. Algunas tienen que ver con nuestro trabajo, otras con nuestros afectos y vínculos, otras con nuestras costumbres, otras con los lugares que habitamos… No podemos estar en dos sitios a la vez. Tampoco es posible amar con igual compromiso y presencia a dos parejas. Ni comprar dos cosas con el mismo dinero. Tanto en estos casos como en los anteriores, nos enfrentamos a un ejercicio que nadie puede realizar por nosotros: el de decidir.

Decidir, esa es la cuestión

Decidir significa ceder para tener. Estamos obligados a establecer prioridades, a explorar nuestras verdaderas necesidades (diferenciándolas de nuestros gustos, deseos o caprichos) con el fin de saber qué hemos de postergar o abandonar cuando todo no es posible. Esta acción dará valor a nuestra elección, pues, para hacer lo que hacemos –o tener lo que tenemos–, a veces hemos tenido que ceder o aplazar otras cosas.

¿Pero qué ocurre si estamos ante una polaridad en la que los términos no se excluyen? En este caso, también hay que decidir. Y lo primero será decidir si aceptamos el falso dilema que se nos manifiesta o si, de lo contrario, nos negamos a ello e intentamos integrar lo que se presenta como opuesto.

Si lo examinamos con calma, descubriremos cuántas veces dos opciones que parecen incompatibles, en realidad, no lo son.

Ya hemos visto lo del amor a papá o a mamá, lo del negro o blanco, lo de “ellos” o “nosotros”. Pero también podemos pensar en otras falsas opciones: trabajar o cuidar a los niños, dedicarnos a nuestra profesión o a una afición, engordar o pasar hambre, faltar a un compromiso que nos exige demasiado tiempo o disgustar a quien lo organiza, pasar la fiestas navideñas en casa de una familia o de la otra, retomar una vocación aplazada o seguir donde estamos…

La trampa de todos estos enunciados está en la palabra “o”. Es posible trabajar y cuidar a los niños, ejercer nuestra profesión y desarrollar una afición, cuidar la salud y a la vez comer gustosamente, acudir a un compromiso solamente por el tiempo que nos sea posible y aclarárselo a quien corresponda, las fiestas se pueden celebrar en un lugar neutral, las vocaciones postergadas pueden ser retomadas, aunque, claro está, deberemos hacerlo adaptándolas al tiempo y a las condiciones actuales…

Si aprendemos a detectar los falsos dilemas, podremos integrar las dos opciones en un punto de armonía y crecimiento.

Es preciso remplazar la “o” por la “y”. Evidentemente, esto significa ejercer la responsabilidad sobre la propia vida. La “o”, aun cuando parece más firme y sólida, nos empobrece. Bajo la apariencia de quitarnos un problema y un trabajo de encima, nos somete a la insatisfacción. Cuando, en lugar de en “o”, pensamos en “y”, empezamos a trabajar para integrar cosas que parecen incompatibles.

Esto lleva más tiempo y esfuerzo, pues nos exige aprender a discriminar para saber qué incluir y qué quitar. Pero elimina la falsa disyuntiva y, a cambio, nos propone encontrar el punto de armonía entre los opuestos. Ese es un punto de crecimiento. No siempre es una cosa o la otra. Muchas más veces de las que nos damos cuenta, es una cosa y la otra. Se trata de que nuestras decisiones, elecciones y acciones sumen. Pero nadie puede sumar por nosotros. Y es nuestra tarea aprender a hacerlo.

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MENTE SANA – SALUD

No estas lejos: Día 2 – Marcos 2:13-17 – Sep 28

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Un día, Jesús estaba cenando en la casa de Leví. Junto con él y sus discípulos, estaban sentados muchos recaudadores de impuestos y hombres considerados pecadores. Los fariseos cuestionaron a los discípulos, y cuando Jesús los escuchó, los sorprendió diciendo: “No he venido a llamar a los que se creen justos, sino a los que saben que son pecadores”.

El reino que Jesús estaba presentando, tenía una puerta mucho más amplia y de libre acceso de lo que los primeros seguidores de Jesús estaban acostumbrados, y eso los hacía sentir incómodos.

Pedro, en particular, seguiría luchando con esta tensión 20 años después de la resurrección.

¿Con quién te identificas más en la narración ? ¿Por qué?

En otra ocasión, Jesús entró a la sinagoga y se encontró con un hombre que tenía la mano deforme. Era día de descanso, y los fariseos podían acusarlo de trabajar en un día prohibido por la ley. Sin embargo, Jesús sanó al hombre enfermo.

De vez en cuando, nos vemos obligados a priorizar algunos de nuestros valores sobre otros, ya que no todos pueden ser igual de importantes.

¿Qué nos dice este encuentro entre Jesús y los líderes religiosos sobre el sistema de valores de Jesús? ¿Qué parecía valorar más? Y tú, ¿qué valoras?

Citas Bíblicas para estudiar:

Marcos 2:13-17
Marcos 3:1-6

Amén

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MEDITACIÓN DIARIA

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DIRECTORIO MÉDICO – SALUD – BELLEZA – FITNESS – BEBE Y MAMÁ – MENTE SANA

7 Oraciones de Provisión Sobrenatural: Día 6 – Hebreos 12:2 – Jun 12

«…puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios»

¿Cómo tener paz en mi corazón?

Ya habiendo hablado bastante de milagros de provisión, quiero hacer énfasis en algo muy importante. Alguna vez te has preguntado: ¿Qué es un corazón malo para Dios? Posiblemente pienses: “Un corazón malo es un corazón que trama el mal” o “Un corazón malo es un corazón lleno de pecado”. Bueno, déjame leerte literalmente la definición de “corazón malo” que encontré en el libro de hebreos capítulo 3, versículo 12: “Tengan cuidado, hermanos, no sea que en alguno de ustedes haya un corazón malo de incredulidad, para apartarse del Dios vivo”. En este versículo, encuentro que cada vez que tenemos un corazón cargado, o que no puede confiar en Dios, puede llegar a ser llamado “malo”.

Sé que para nuestra lógica no es fácil creer, pero por eso no vivimos por vista, lo hacemos por fe y, lo que vivimos en nuestra naturalidad, hemos de hacerlo confiando en el hijo de Dios que dio su vida por nosotros.

¿Qué podemos hacer?

Si hoy te has sentido incapaz de creerle a Dios, ya sea porque no ves tu milagro o porque estás cansado de la situación que experimentas; si tienes una necesidad y estás a la expectativa de que se vea cumplida, te tengo una buena noticia:

¡NO ES EN TUS FUERZAS! REPOSA. Es a través de Jesús, Quien es el que se encarga de dar vida a tu fe. Oremos por ello.

Repite esta oración basada en Hebreos 12:2

Padre, hoy decido poner mis ojos en Jesús, Quien es el autor y el consumador de mi fe. Confío que su sacrificio me dio vida eterna y vida en abundancia para experimentar en esta tierra. Gracias por tanto amor. En el nombre de Jesús.

Amén.

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Entrevista: Cirugía Maxilofacial, a que no la conocías

Cuando hablamos de dar solución a problemas funcionales y estéticos causados por deformidades del esqueleto facial que provocan una incorrecta posición y contacto entre los dientes, no hay alguien mejor preparado que el cirujano maxilofacial y, para conocer más sobre esta profesión especializada, le hicimos 9 preguntas al Dr. Sergio Inojosa, quien es Cirujano Buco-Maxilofacial, egresado del Complejo Hospitalar Prefeito Edivaldo Orsi en Campinas, estado São Paulo, Brasil con 5 años de ejercicio profesional. 

¿Qué abarca la Cirugía Maxilofacial?

Abarca las anomalías, traumatismos, patologías, estética y rehabilitación que se puedan presentar a nivel bucal y maxilofacial. El amplio campo de actuación de esta especialidad hace que en muchas ocasiones un cirujano bucomaxilofacial decida especializarse más en un campo concreto.

¿Qué complicaciones más comunes pueden atenderse con este tipo de cirugías?

Entre las más comunes tenemos las complicaciones en el campo intraoperatorio como las lesiones vasculares y lesiones nerviosas, debido a que son estructuras que se ven muy expuestas en la mayoría de las intervenciones quirúrgicas.

¿Qué especialista remite a un paciente con el cirujano maxilofacial?

En gran parte por especialistas en el área de neurología, otorrinolaringología, oftalmología, ortodoncia y odontólogos generales.

¿Cuáles son los «pasos» que atraviesa un nuevo paciente que va a una consulta por esta especialidad?

Se realiza la recolección de datos personales, se hace la valoración física del paciente y, en caso de ser necesario, se indican estudios complementarios tales como: radiografías, tomografías, entre otros. 

¿Cuáles son los procedimientos más habituales?

A nivel bucal, la extracción de cordales (muelas del juicio), cirugía de implantes dentales y tratamientos quirúrgicos en tejidos blandos; en el área maxilofacial, anomalías congénitas y traumatismos.

¿Cuáles son los beneficios más importantes de acudir oportunamente con un cirujano maxilofacial?

Para el diagnóstico temprano y prevención de algunas de las patologías más frecuentes en el área bucomaxilofacial.

¿Qué es lo mejor de ser Cirujano Buco-Maxilofacial?

Tener un amplio campo de ejercicio profesional y así poder servir, tanto a nivel clínico y quirúrgico, en centros hospitalarios y en clínicas odontológicas.

¿Qué tipo de respuestas y comentarios ha recibido de sus pacientes luego de sus intervenciones?

Por lo general mensajes de agradecimiento y satisfacción.

Un mensaje de reflexión o motivación a los especialistas que hoy ejercen profesionalmente en el área de salud bucal.

Es fundamental saber entender a nuestros pacientes que acuden a consulta para poder brindarles confianza y así consolidar el éxito en el tratamiento. De igual manera es importante que conozcan sus propios límites profesionales y nunca dejar de aprender, estudiar y actualizarse.

Desde GUÍA SALUD Y VIDA agradecemos el profesionalismo y dedicación de nuestros especialistas que día a día hacen diferencias positivas en tantas vidas. Podrás encontrar los datos de contacto del Dr. Sergio Inojosa y más médicos en nuestro directorio.

Redacción por: Luis J. Centeno.

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Así te avisa tu cuerpo que la ANSIEDAD ha llegado

Cuando hablamos de enfermedades mentales, es habitual que exista cierta confusión: no es lo mismo pasar una temporada triste, de bajón, o desanimado que padecer una depresión; no es lo mismo tener cambios de humor esporádicos que padecer un trastorno de bipolaridad; no es lo mismo comer un día más de lo conveniente que padecer un trastorno alimenticio.

Lo mismo ocurre con la ansiedad. Sentir nervios y ansiedad de vez en cuando es algo normal. Puede pasarnos antes de un examen, si tenemos un encargo importante en el trabajo o ante problemas personales que nos preocupen especialmente. Eso no es lo mismo que padecer un trastorno de ansiedad.

Las personas afectadas por este problema puede llegar a sentirse incapacitadas para llevar una vida normal debido a los sentimientos de angustia y estrés que les producen situaciones que para otros son completamente normales y manejables. Aunque es una enfermedad que hace sufrir mucho a quienes la padecen, habitualmente con terapia y si es necesario con la ayuda de algunos medicamentos, esas personas pueden conseguir llevar una vida normal y retomar el control de sus emociones.

Qué es la ansiedad y sus distintos tipos

La ansiedad es una enfermedad mental que causa a quien la padece un miedo irracional a situaciones cotidianas que no tienen objetivamente nada de amenazantes. En un trastorno de ansiedad, si no se le pone remedio, esos miedos no desaparecen sino que normalmente aumentan con el tiempo, llegando a afectar a su capacidad para llevar una vida normal.

Existen distintos tipos de ansiedad. Algunas características son comunes a todos ellos mientras que otros son específicos de alguno en concreto.

1. Trastorno de pánico

Ataques de terror que aparecen de pronto y pueden causar sudoración, palpitaciones y dolor en el pecho, haciéndote pensar que estás a punto de sufrir un infarto.

2. Trastorno de ansiedad social

También llamado fobia social, supone una preocupación y nerviosismo exacerbados provocados por situaciones sociales cotidianas, por miedo a ser juzgado por los demás, quedar en ridículo o avergonzado.

3. Fobias específicas

Miedo irracional a cosas concretas, como las alturas, los espacios cerrados, algunos animales…

4. Trastorno de ansiedad generalizada

Sentimientos de terror provocados por motivos inexistentes o poco realistas.

Cómo puedes saber si sufres ansiedad

La diferencia entre la ansiedad, digamos, normal y la patológica no siempre es fácil de distinguir. Si se trata de algo subjetivo, ¿qué se considera normal? Aquí tienes algunos síntomas que pueden ayudarte a determinar si sufres un trastorno de ansiedad y te vendría bien pedir ayuda.

1. Preocupación excesiva

Es el principal síntoma de la ansiedad: un miedo y una preocupación excesivos. ¿Pero qué es excesivo?

En este caso, se considera una preocupación excesiva si tienes pensamientos angustiosos la mayoría de los días de la semana durante más de seis meses. Además, son pensamientos que interfieren de alguna forma con tu día a día habitual y que pueden ocasionar otros problemas, como estrés o fatiga.

La clave está en si esa preocupación te está causando sufrimiento y problemas para llevar una vida normal.

2. Problemas para dormir

Tener problemas para quedarse dormido o para dormirse enseguida es un problema a veces sin importancia, cuando ocurre solo ocasionalmente, por ejemplo antes de un evento importante.

Pero si te pasa a menudo que no puedes dormir porque te sientes nervioso por un problema concreto o por nada en particular, y te pasas la noche dando vueltas en la cama y a la cabeza, puede que sea señal de que padeces ansiedad. También si nada más despertarte ya estás angustiado, con la cabeza a mil por hora y eres incapaz de parar.

3. Miedos irracionales

Si sientes un miedo desproporcionado a una situación cotidiana, como coger el ascensor, o esporádicas, como toparte con una serpiente, quizá padezcas una fobia, que es un tipo de ansiedad. Con desproporcionado nos referimos a un miedo paralizante, que eres incapaz de superar y que no está a la altura del riesgo que supone esa situación, en principio mucho menor.

Muchas fobias no son evidentes, bien porque aparecen de repente donde antes no había ningún miedo o bien porque están relacionadas con situaciones poco habituales que la persona que las padece no se ha encontrado en décadas.

4. Tensión muscular

A menudo los trastornos de ansiedad van acompañados de tics musculares como apretar los puños o las mandíbulas, tan interiorizados que la persona que la padece puede no darse cuenta de que lo está haciendo.

Hacer ejercicio es una buena forma de desahogar esa tensión y mantener los músculos bajo control. Algunas personas con ansiedad necesitan utilizar protectores dentales por las noches, porque una vez dormidos vuelven a apretar las mandíbulas sin darse cuenta.

5. Indigestión frecuente

Aunque la ansiedad es una enfermedad mental, a menudo se manifiesta en síntomas físicos por todo el cuerpo. Uno de los más habituales son los problemas digestivos: malestar, náuseas, gases, estreñimiento o diarrea son algunos síntomas comunes que pueden estar relacionados con la ansiedad.

A menudo ambos problemas se retroalimentan: el malestar digestivo produce ansiedad y cuanta más ansiedad, mayores problemas digestivos.

6. Miedo escénico

A la mayoría nos causa cierto nerviosismo hablar en público. Pero si en tu caso el nerviosismo ocupa tu cabeza varias horas al día durante semanas antes de tu intervención y lo hace de un modo que te hace sufrir y te impide llevar a cabo tu vida normal (no te deja concentrarte, te quita el hambre y el sueño…), quizá padezcas un trastorno de ansiedad social.

El miedo no tiene lugar solamente antes del evento, también después: las personas que lo padecen pueden pasarse días y semanas dándole vueltas a cómo lo hicieron y cómo les juzgaron los demás.

7. Inseguridad

Un trastorno de ansiedad social no se manifiesta solamente cuando el afectado debe hablar en público: a menudo cualquier interacción social, como hablar con una persona desconocida en una fiesta, se convierte en una fuente de ansiedad debido a la inseguridad.

Esta ansiedad puede transformarse en temblores, náuseas, enrojecimiento de la cara o sudores. Esto puede dificultar o impedir el mantener relaciones sociales normales, conocer gente nueva o progresar tanto en la etapa académica como en la laboral.

8. Ataques de pánico

En un ataque de pánico el paciente experimenta un sentimiento repentino de terror acompañado por síntomas físicos como dolor en el pecho, palpitaciones, sudores, visión borrosa…

No todo el mundo que sufre ataques de pánico padece ansiedad, pero si los ataques de pánico se repiten, puede que esa persona padezca un trastorno de pánico. Los afectados a menudo viven en un estado de ansiedad, temiendo el siguiente ataque de pánico y evitando aquellos lugares donde han padecido ataques de pánico anteriormente.

9. Flashbacks angustiosos

Recordar y revivir eventos traumáticos es uno de los síntomas del síndrome del shock postraumático (PSTD), que hasta hace poco se consideraba un tipo más de ansiedad y no una patología en sí misma.

En el caso de las personas que padecen ansiedad, a menudo no son recuerdos de experiencias traumáticas, o al menos no obviamente traumáticas, sino de momentos que resultaron especialmente angustiosos, como haber sido ridiculizados o haber pasado mucho miedo.

10. Perfeccionismo exacerbado

La atención obsesiva por los detalles es uno de los síntomas del trastorno obsesivo-compulsivo, pero algo similar puede ocurrir a las personas que padecen trastornos de ansiedad: si pasas mucho tiempo preocupado por no cometer errores, o por errores cometidos en el pasado, o por cómo pudiste hacer mejor algo que ya está hecho, quizá sea un problema de ansiedad.

11. Cuestionarte a ti mismo continuamente

La autocrítica y autoexploración son algo muy sano, pero cuando se convierten en un eco impertinente dentro de tu cabeza que se cuestiona continuamente todo lo que haces, puede ser síntoma de un trastorno de ansiedad.

Las personas que lo padecen se preguntan cosas difíciles de responder, como por ejemplo: «¿quiero a mi pareja tanto como mi pareja me quiere a mí?» y sufren con la incertidumbre de no poder darse una respuesta completa.

Causas de la ansiedad

Como ocurre con muchas otras enfermedades mentales, no está claro qué causa la ansiedad, pero parece ser una conjunción de factores que van desde la bioquímica del cerebro hasta cambios en el entorno pasando por factores genéticos. A veces el trastorno de ansiedad se da en varias generaciones de una misma familia.

Consejos para manejar la ansiedad

El tratamiento para la ansiedad incluye acudir a terapia y algunos medicamentos que se prescriben bajo receta y que no deben tomarse sin control médico, como antidepresivos, antipsicóticos y ansiolíticos.

Pero hay algunos cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a mantener la ansiedad bajo control.

1. Reduce la cafeína

Intenta reducir tu ingesta diaria de cafeína tomando menos café, té, chocolate, refrescos y bebidas energéticas. La cafeína estimula el sistema nervioso y puede acentuar los síntomas de la ansiedad.

2. Come bien y haz ejercicio

Al ejercitarte, tu cerebro libera sustancias que ayudan a reducir la sensación de estrés y que mejoran tu estado de ánimo general.

3. Duerme y descansa

La ansiedad pasa factura entre otras cosas por agotamiento. Crea una rutina que te ayude a descansar y si tienes problemas para dormir consulta con tu médico.

4. Consulta siempre con tu médico

Antes de empezar a tomar cualquier medicamento o producto de herbolario, consulta siempre con un especialista, porque algunos de ellos pueden tener componentes que empeoren los síntomas de la ansiedad.

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