martes, marzo 19, 2024

¿Dolor en las rodillas?, conoce sus causas…

¿Edad? ¿Tendinitis? ¿Osteoartritis? Cómo identificar al culpable y cuáles medicamentos, inyecciones o hábitos te brindarán el mayor alivio.

Hay otras causas comunes de tu dolor de rodilla que surgen porque las rodillas son nuestras articulaciones más grandes y complejas. «Las articulaciones de la rodilla te permiten pararte derecho, subir y bajar escaleras, y ponerte de pie y sentarte», dice el Dr. Daniel Saris, cirujano ortopedista en Mayo Clinic y profesor de cirugía ortopédica en Mayo Medical School. «Pero también son las más complicadas, ya que no son estables. Las articulaciones de la cadera y el tobillo son bastante estables por sí solas, pero la rodilla solo tiene tres huesos que tratan de llevarse bien, y necesitan músculos y ligamentos para su estabilidad».

El dolor de rodilla no debe tomarse a la ligera. Un estudio japonés publicado el año pasado en la revista Journal of the American Geriatrics Society encontró un vínculo entre la aparición del dolor de rodilla en las personas mayores de 65 años y la depresión. Y un estudio reciente del Thurston Arthritis Research Center de University of North Carolina y el Brigham and Women’s Hospital de Harvard halló que el dolor de rodilla en hombres y mujeres mayores de 45 años se relacionó con tasas más altas de muerte.

Entonces, ¿cómo sabes si tu dolor de rodilla es tan grave como para ver a un ortopedista? «Si una rodilla te duele o está hinchada, o está afectando tu función de alguna manera, necesitas tratarla», dice la Dra. Michelle Wolcott, quien es profesora en la Facultad de Medicina de University of Colorado y trata a varios equipos deportivos universitarios y profesionales.

Durante una prueba estándar de rodilla, dice el Dr. Michael Fredericson, director de medicina física y de rehabilitación deportiva en Stanford University, tu médico puede pedirte detalles de tu malestar y realizar una prueba física en la que verifica la alineación (¿las rodillas están arqueadas?) y hacer un escaneo para encontrar algún problema con ligamentos y cartílagos internos. También solicitará una radiografía y posiblemente una resonancia magnética (MRI) de tus rodillas.

Para los que les preocupa que un diagnóstico de dolor de rodilla resulte inevitablemente en una cirugía de reemplazo, no tengan miedo: muchos problemas de rodilla responden bien a tratamientos no invasivos que te permiten evitar la cirugía por completo, o al menos aplazarla.

Las causas

Si tienes más de 50 años y te duele la rodilla, probablemente se debe a uno de los siguientes problemas.

Osteoartritis

Este trastorno, que a menudo ocurre gradualmente y empeora con la edad, implica el deterioro del cartílago de la rodilla y el hueso adyacente. «Este es el problema principal cuando se trata de las rodillas», dice Fredericson. «Puede estar relacionado con una lesión que ocurrió cuando el paciente era más joven, pero a menudo se debe al envejecimiento». Los síntomas de la osteoartritis varían grandemente y pueden aparecer y desaparecer pero incluyen dolor, hinchazón, rigidez y dificultad de movimiento. La biomecánica también puede ser un factor. «A menudo vemos que los problemas de rodilla ocurren dentro de una familia», dice Wolcott. «Alguien en sus 50 años dice, ‘Mi papá tuvo reemplazos de rodilla, mi mamá tenía problemas de rodilla y yo tengo lo mismo. Puede que tengan rodillas arqueadas o rótulas sueltas. Es solo anatomía».

Ruptura o deterioro de menisco

Los meniscos, dos trozos gomosos de cartílago dentro de la rodilla, sirven de amortiguadores entre el fémur y la tibia. Las rupturas de meniscos parciales o totales (que a menudo ocurren cuando la rodilla se tuerce) puede variar de rupturas pequeñas e inocuas que el paciente ni siquiera siente a rupturas traumáticas, como al esquiar o jugar al tenis, que causan dolor repentino y severo. «Con frecuencia, las personas que padecen osteoartritis también tienen rupturas de meniscos», dice Fredericson. «Todo es parte del mismo proceso». Hubo un tiempo en el que los pacientes se sometían rutinariamente a cirugías para reparar o remover el menisco roto. Actualmente, esa no se considera ser la mejor solución. Los síntomas incluyen dolor (particularmente cuando se endereza la rodilla), hinchazón, chasqueo o trabadura de la articulación de la rodilla (causados por trozos sueltos del menisco), y dificultad para ponerse en cuclillas o levantarse de una silla. «En los pacientes mayores de 40 o 50, los tipos de rupturas de meniscos que vemos son usualmente degenerativos —no es algo que se desarrolla de la noche a la mañana—, y el paciente los agravó de alguna manera», dice Fredericson.

Peso

La epidemia de la obesidad en Estados Unidos ha causado una presión proporcional en nuestras rodillas. Alrededor del 40% de las personas en el país son obesas; es decir, su IMC es de 30 o más, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. «Cuanto más pesas, más se esfuerzan tus rodillas», dice el Dr. Saris. «Cada libra extra en tu cuerpo significa que hay de cinco a siete libras adicionales sobre tus rodillas».

Tendinitis o Bursitis

Estos trastornos pueden ocurrir a cualquier edad, incluso en los pacientes mayores de 50. La tendinitis es la inflamación de uno o más de los tendones que rodean la rodilla, los cuales se vuelven menos flexibles a medida que envejecemos. A menudo, este trastorno es causado por actividades deportivas, cuando el tendón se estira y se inflama. Los síntomas incluyen dolor encima o debajo de la rótula, que usualmente se empeora con la actividad y se alivia al descansar. Bursitis es la inflamación de las bolsas, los sacos llenos de líquido que amortiguan la rodilla. Los síntomas pueden variar, pero con frecuencia el área afectada de la rodilla se hincha y se siente cálida y sensible al tacto.

Artritis reumatoide

Esta enfermedad autoinmune hace que el sistema inmunitario del paciente ataque el revestimiento sinovial (que proporciona líquido para lubricar la articulación), y en última instancia perjudica el cartílago. «Sería inusual tener artritis reumatoide solo en las rodillas», dice la Dra. Nancy Carteron, reumatóloga profesora en la Facultad de Medicina de University of California en San Francisco. «Usualmente aparece primero en las manos y pies». Los síntomas incluyen dolor, rigidez, hinchazón y enrojecimiento, especialmente después de dormir. El trastorno se trata con esteroides y medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad.

Los tratamientos

Una vez el médico te haya hecho una prueba e identificado la causa, la mayoría de los tratamientos tendrán un enfoque múltiple. «Hay un proceso gradual que incluye medicamentos para el dolor, pérdida de peso, ejercicio físico y, en algunos casos, el uso de una rodillera, compresa fría o cubierta de neopreno», dice el Dr. Saris. Si nada de eso funciona, hay varias inyecciones para la rodilla que pueden brindar alivio y corregir la raíz del problema. Y si nada ayuda a aliviar el malestar diario, puede que se sugiera una cirugía de reemplazo de rodilla como último recurso.

Antiinflamatorios

Eficaces para el dolor y la hinchazón —desde osteoartritis hasta tendinitis—, los antiinflamatorios incluyen medicamentos orales de venta libre para el dolor, como aspirina o ibuprofeno. Fredericson también recomienda que los pacientes tomen suplementos naturales antiinflamatorios, como aceite de pescado y cúrcuma, y adopten una dieta antiinflamatoria, como la mediterránea. «Lo más importante es consumir muchas frutas y vegetales frescos, y evitar grasas saturadas y alimentos procesados, especialmente el azúcar refinado», dice.

Inyecciones

Hay varias que se usan comúnmente: las inyecciones de corticosteroides «han demostrado ser eficaces para alrededor del 40% de los pacientes con osteoartritis en la rodilla», dice el Dr. Saris. «Funcionan mejor para los pacientes que tienen dolor e hinchazón, porque calman la respuesta inflamatoria». Un segundo tipo de inyección para la osteoartritis, llamada viscosuplementación, lubrica la rodilla con ácido hialurónico, una sustancia que se produce naturalmente en la rodilla y también se fabrica como un gel sintético para proveer una capa protectora en las superficies de las articulaciones. Recibir una inyección como esa «le dice a la rodilla que se siente mejor, para que no se hinche tan frecuentemente», dice.

Ejercicio

«Si observas todas las investigaciones sobre la osteoartritis de la rodilla, algo que se enfatiza es la importancia del ejercicio», dice Fredericson, quien destaca que los beneficios se extienden más allá de la pérdida de peso. A menudo, las prácticas ortopédicas incluyen fisioterapeutas que ayudan a los pacientes a encontrar ejercicios que alivien su dolor de rodilla, sin importar la causa. Fredericson recomienda centrarse en ejercicios que fortalezcan los cuádriceps (la parte delantera de los muslos) y los glúteos (músculos que ayudan a controlar el movimiento de las caderas). «La masa muscular magra puede absorber la tensión; la grasa no», explica Wolcott. «Así que si tienes soporte muscular alrededor de la rodilla, esa tensión se absorberá en un lugar distinto a la articulación». Y el ejercicio no tiene que doler: un estudio del 2018 de Northwestern Medicine encontró que, entre los jugadores de golf, caminar por el campo en vez de moverse en un carrito no se vinculó con el aumento del dolor, degradación del cartílago o inflamación. La conclusión es que, «necesitamos nuestras articulaciones para movernos bien, y tenemos que movernos mucho para mantenerlas en buen estado», dice Saris.

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