Cuando estés sufriendo, ríndete a Dios
Es fácil eludir tus propios pecados y defectos cuando sientes que tú eres la víctima. Jen vendió un violín que era imitación a un precio exorbitante sin escrúpulos y sin sentimientos de remordimiento-hasta que se dio cuenta que ella estaba actuando como una mentirosa y tramposa igual como la persona con la que había crecido.
La revelación fue dura, pero la movió a un lugar de búsqueda hacia el único que podría sanarla de las heridas de los demás y perdonarla por sus propias fallas y culpas. Su entrega completa a Dios trajo gozo y el valor que ella necesitaba para lidiar con las consecuencias de sus errores.
¿Y tú? ¿Qué heridas has estado cubriendo? ¿Qué pecados necesitas confesar? ¿Puedes confiar en Dios lo suficiente para rendir tu vida totalmente a Él?
El amor de tu Padre celestial es incondicional e inquebrantable. Nada le sorprenderá, nada lo hará estar contra de ti cuando tú lo busques.
Toma un momento ahorita para orar. Deja que Dios te sane y te perdone. Espera cosas buenas.
Oración
Padre, te agradezco que tú eres el sanador del quebrantado de corazón. Te doy mi dolor y mis heridas y te pido que sanes mi corazón. Admito que soy pecador y te pido que me perdones y me ayudes a empezar de nuevo. Te amo Dios. Oro en el nombre de Jesús, ¡Amén!.
Citas Bíblicas para estudiar:
Salmos 34:18
Salmos 147:3-5
1 Juan 1:9
Salmos 25:8
Proverbios 3:11-12
Amén
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