Dejando ir el dolor y el enojo
El segundo enemigo del corazón es el enojo. Nos enojamos cuando no obtenemos lo que deseamos.
Muéstrame una persona enojada y te enseñaré una persona herida. Y te garantizo que esta persona está herida porque le han arrebatado algo. Alguien le debe algo.
Todos conocemos personas que enojadas verbalizan en una de las siguientes maneras: «Tú me arrebataste mi reputación». «Tú robaste mi familia». «Tú robaste los mejores años de mi vida». «Tú robaste mi primer matrimonio». Tú me robaste de mi juventud». «Tú robaste mi pureza». «Tú me debes un aumento de salario». «Tú me debes una oportunidad de tratar». «Tú me debes una segunda oportunidad». «Tú me debes afecto».
La raíz del enojo es la percepción que algo fue arrebatado. Algo se te debe. Y ahora una relación de deuda/deudor se ha establecido.
¿Y tú? ¿Cuál deuda es la que causa tu enojo?
¿Cuánto tiempo vas a permitirle a la gente que te ha lastimado que controle tu vida? Otro mes? Otro año? Otra temporada de tu vida? ¿Cuánto más?
Me gustaría proponerle que ¡hoy sea el día de soltar tu dolor!
Aunque es cierto que tú no puedes deshacer lo que ha sido hecho, es igualmente cierto que tú no debes dejar que el pasado controle tu futuro. En Efesios 4, se nos ordena «deshacernos de toda amargura, ira y enojo». Eso lo hacemos, «perdonándonos los unos a los otros, asi como Dios nos perdono».
El remedio para el enojo es el perdón. Si esperamos que nos traten bien por la maldad que nos han hecho, seremos los que pagaremos. Si, en cambio, cancelamos las deudas que nos deben, seremos libres.
De las cuatro terribles fuerzas que estaremos discutiendo en estos devocionales, creo que el enojo sin resolver, causado por una herida voluntaria o involuntaria, es el más desvastante. Aunque, en cierta forma, es la más fácil de superar. Simplemente decides cancelar la deuda. Decides y dices: «tú ya no me debes».
Sigue este proceso de cuarto pasos hoy: (1) Identifica con quien estás enojado. (2) Determina qué es lo que te deben. (3) Cancela la deuda perdonándolos. (4) No dejes que el enojo crezca otra vez.
Citas Bíblicas para estudiar:
Amén
Para más información, te invitamos a visitar nuestros enlaces: