viernes, marzo 29, 2024

LACTANCIA MATERNA: ¿Mi leche sigue alimentando a mi Bebé?

Hace millones de años del Homo Erectus y, ya por entonces, las crías se alimentaban y sobrevivían gracias a que se alimentaban, sobre todo, del pecho materno. La mortalidad era muy alta porque las condiciones de vida eran las que eran, y los peligros evidentes, pero si algún bebé llegaba a niño era en gran parte porque tenía alimento asegurado a través de la leche de su madre.

Esto tan evidente parece que, para muchas personas, no tiene tanto sentido en el presente, por culpa de las costumbres de las últimas décadas, en que éramos amamantados pocos meses y luego pasábamos a tomar biberón para, finalmente, acabar consumiendo leche de vaca.

Esto hizo que mucha gente considerara que esto es lo normal, y que se crea que la leche materna no tiene sentido más allá de los seis meses o, en el mejor de los casos, de los doce. Momento en el que se dice que es «agüita» justo cuando, en realidad, aporta más energía que la leche de vaca.

¿Agüita… qué?

Agüita, agua sucia, leche que ya no alimenta, o como lo quieran llamar. Son miles las mujeres que en la consulta de pediatría o enfermería han recibido el consejo de ir destetando porque se les dice que su leche ya no es la que era al principio. Hace unos años esto sucedía sobre todo a los seis meses. Ahora parece que son un poco más laxos y han trasladado ese discurso a los 12 meses.

No todos, por supuesto: hay profesionales capaces de entender que si la humanidad ha llegado hasta hoy es gracias, en gran parte, a la lactancia materna en niños que caminan y corren, y que saben que la evidencia lo demuestra: la leche materna es buena a cualquier edad.

«Deja de darle teta y dale leche de verdad»

Otra manera de hablar de la leche materna en niños de más de un año de edad sin saber es esta, que está en boca de muchos profesionales y también en boca de la gente de a pie, los que no llevan bata blanca, que también se toman la libertad de demostrar sus nulos conocimientos en la materia al sentenciar que lo que un niño tiene que beber es leche de vaca, o sea, «leche de verdad».

Si la madre está informada (y el padre también, que es un pilar de apoyo fundamental), no pasa nada, porque mira, «por aquí me entra y por aquí me sale»; el problema viene cuando te lo dicen con tal convicción y vehemencia, y te lo dicen incluso los profesionales, que acabas pensando que tu hijo podría estar necesitando leche de vaca, yogures y queso, y resulta que no lo está recibiendo en cantidad por tu convencimiento de que estás dándole lo mejor.

Así, son muchas las mujeres lactantes que a menudo preguntan si ya deberían empezar con los yogures antes del año, si tendrían que ir dando queso al bebé y si sería mejor quitarle una toma de pecho para sustituirla por la leche de vaca.

El «agüita» tiene más calorías que la leche de vaca

Son muchas las diferencias entre la leche materna y la leche de vaca. Una de ellas, la más evidente, es la que ya de por sí debería servir para evitar semejantes consejos: la leche humana es específica de la especie humana, y por lo tanto está más adaptada para los bebés que la leche de vaca. Pero esto no es todo: la leche humana es específica para cada bebé, ya que la leche varía entre bebés, y en un mismo bebé varía a medida que crece, y varía también en el día a día. O sea, que la leche que produce una madre está adaptada a los bebés, está adaptada a la edad de su bebé y está adaptada al momento del día en que lo amamanta. La leche de vaca, lógicamente, no tiene nada de eso.

Y hay más diferencias, claro. No solo la leche materna se adapta nutricionalmente al bebé, es que además aporta defensas de la madre al bebé, que no es poco. Y tiene, entre otras cosas, proteínas que el cuerpo humano reconoce sin problemas (las proteínas de la leche de vaca producen alergia en múltiples ocasiones), y se digiere estupendamente.

Pero hoy nos centramos en las calorías, para demostrar que la leche materna no se convierte en «agüita» y mostrar que «lo normal» no es dejar una para dar la otra. Si pasa, que sea porque la madre quiere que pase, no porque está convencida de que lo mejor para su hijo es darle menos teta y más leche de vaca porque, nutricionalmente hablando, no es cierto.

Energía en la leche de vaca

Sabemos que un litro de leche de vaca aporta 674,27 Kcal. Si transformamos este valor a energía (kJ = kiloJoules) tenemos que aporta 2.821,14 kJ por litro.

Energía en la leche materna

En el año 2005 se publicó un estudio en el que se analizó la leche materna más allá de los 12 meses de lactancia, con la intención de dar respuesta a la duda que hoy explicamos. El estudio fue publicado en Pediatrics y en él se comparó la leche de madres que estaban amamantando a bebés de entre 12 y 39 meses con la leche de madres que amamantaban a bebés de entre 2 y 6 meses.

Vieron que la leche que recibían los bebés más pequeños, menores de 6 meses, aportaba de media 3.103,7 kJ por litro, con variaciones de hasta 863 kJ por arriba y por abajo (la leche de algunas madres aportaba cerca de 2.300 kJ y la de otras aportaba cerca de 3.900 kJ).

Lo esperable según la lógica popular era que, al analizar la leche de los bebés mayores de 12 meses, vieran que la energía aportada era cada vez menor. Así sería cierto eso de que «si quieres puedes seguir dándole, pero ya es como si tomara agua».

Pero no. Lo que vieron fue que la leche de estas mujeres (con hijos de entre 12 y 39 meses) aportaba a sus hijos una media de 3.683,2 kJ por litro, con variaciones de hasta 1.032 kJ tanto por arriba como por abajo (la leche de algunas madres aportaba cerca de 2.700 kJ, mientras que la leche de otras llegaba a aportar 4.700 kJ por litro).

Si volvemos a pasar estos datos a calorías, estaríamos hablando de que la leche de vaca aporta unas 67 kCal por 100 ml, mientras que la leche materna de los niños que ya caminan aporta entre 64,5 kCal y 112 kCal por 100 ml, siendo la media de 88 kCal/100 ml.

¿Y entonces?

Pues nada, que cada uno saque sus propias conclusiones. Si una madre amamanta a su hijo por encima de los 12 meses, ella es la que debe decidir hasta cuándo seguir. Ella y su bebé. Y cualquier consejo nutricional al respecto debe realizarse tomando esto en consideración, porque la leche materna siempre es mejor que la leche de vaca.

Para más información, te invitamos a visitar nuestros enlaces:

BEBE Y MAMA– FAMILIA – MATERNIDAD – MENTE SANA

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