Adoramos cuando atesoramos a Dios.
No adoramos a Dios porque la vida sea buena. Adoramos a Dios porque ¡Él es bueno!
—Darlene Zschech
En los primeros tres días de este Plan, hemos tratado acerca de la adoración y por qué deberíamos adorar a Dios. Es fácil adorar a Dios cuando tenemos abundantes bendiciones en nuestras vidas y cuando Él dice sí a nuestras peticiones. ¡Podemos y deberíamos adorarlo por esas cosas! Pero, ante todo, lo adoramos por lo que Él es.
¿Sabías que Dios es omnipresente, omnisciente y omnipotente? ¿Qué significan las palabras «omni»? Pues, omni viene de una raíz latina que simplemente significa «todo.» Y como ninguna de estas palabras se mencionan en la Escritura, sí describen la verdad sobre Dios el cual está en la Biblia. Analicemos un poco más cada uno de estos atributos de Dios.
Omnipresente
Dios está presente en «todo.» Él está en todos lados, todo el tiempo, cerca de todas las personas y de toda las cosas. Él llena el cielo y la tierra. A menudo como seguidores de Cristo, podemos orar, «Dios, por favor estáte conmigo hoy.» Aún si la petición de la presencia de Dios muestra nuestra necesidad de Él, esta oración en realidad no es necesaria. Él ya está aquí y allá y por ahí y en todo lugar, todo el tiempo. Así que nuestra petición debería ser, «Dios, por favor hazme consciente de tu presencia.»
Omnisciente
Dios lo sabe «todo.» En cuanto al conocimiento, no hay límite con Dios. Él lo tiene todo y lo sabe todo. Literalmente, no existe ni un segundo donde Dios no esté consciente de todo. No hay absolutamente nada que Él debería aprender o que tenga que pensar. A Él nunca lo agarran desprevenido ni lo sorprenden, nunca. Simplemente Él sabe todo. Increíble, ¿no es así? ¿Y no es consolador saber que Dios conoce nuestras necesidades inclusive antes de que se las pidamos?
Omnipotente
Dios es «todo» poderoso. Todo el poder le pertenece a Dios. Él lo posee todo. Él puede hacer cualquier cosa. Él nunca se agita y nunca se cansa. Su fortaleza nunca es suprimida y Dios nunca tiene que tomar una siesta. Podemos ver cosas imposibles en frente nuestro, pero con Dios, todo es posible.
Verdadermente es estupendo comprender sólo una parte de lo que es Él. Es ahí de donde nuestra adoración debería fluir fácilmente. Cuando no entendamos algo, simplemente adoremos.
Reflexiona
- Lee todo el Salmos 145 y decláralo a tu Dios mientras lo lees.
- De las tres palabras «Omni» mencionadas arriba, ¿Cuál te fascina más? Pasa un tiempo pensando sobre aquel aspecto de Dios; después adóralo y agradécele por lo que Él es.
- Escribe cualquier revelación que Dios te diga a través de la lectura de la Biblia o del devocional de hoy.
Citas Bíblicas para estudiar:
1 Crónicas 16:23-31
Salmos 139:7-10
Salmos 145
Isaías 40:13-14
Mateo 19:26
Efesios 3:20
Amén
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