Siete veces al día te alabo, A causa de tus justos juicios.
No creo que haya algo que bendiga más a Dios que cuando nos detenemos en medio de lo que estamos haciendo y levantamos nuestras manos para alabarle o tomamos un momento para postrarnos ante Él y decir «Te amo, Señor». En la cita para hoy, el salmista dice que él apartó tiempo siete veces al día para adorar a Dios a lo largo del día
Piense en un hombre de negocios, por ejemplo, tal vez el presidente de una compañía importante. ¿No sería maravilloso si dos o tres veces al día, él cerrara la puerta de su oficina con seguro, se arrodillara, y dijera, «Dios, yo sólo quiero tomar un tiempo para alabarte. Padre, todas estas cosas me las has dado Tú, el negocio, el dinero, el éxito, son geniales, pero yo sólo quiero alabarte. Te exalto. Eres tan maravilloso. Te amo. Tu eres todo lo que necesito. Padre, te alabo. Jesús, te alabo. Espíritu Santo, te alabo». Creo que si el hombre de negocios hiciera esto, nunca necesitaría estar preocupado por sus negocios, sus finanzas, o el éxito. Todas esas cosas se resolverían.
Mateo 6:33 dice: «Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.»
Tomado del libro «Nuevo Día, Nuevo Tú» por Joyce Meyer.
Para más información, te invitamos a visitar nuestros enlaces: