Encías Oscuras: ¿Qué sucede?

Tener las encías negras puede significar un problema de imagen y estética a la hora de sonreír. No obstante, más allá del aspecto, que el tejido gingival tenga un color oscuro puede ser un indicativo de otras complicaciones de la salud bucal.

El color normal de las encías es uniforme y rosa pálido. Dado que es el encargado de recubrir, proteger y aportar sujeción a las piezas dentales, su cuidado es muy importante. ¿A qué se debe su oscurecimiento? ¿Qué hacer el respecto?.

Causas de las encías negras u oscuras

Tal y como lo expone un artículo publicado en Medicina Oral, Patologia Oral y Cirugia Bucal, hay muchos factores que pueden asociarse a las lesiones pigmentadas oscuras o negras de la cavidad oral y los tejidos periorales.

En líneas generales, su origen puede ser fisiológico o patológico, exógeno o endógeno. Además, para su diagnóstico se debe considerar la ubicación, la distribución, la duración, el uso de drogas, los antecedentes familiares, etcétera.  Veamos en detalle las causas más comunes.

Contusiones

Como cualquier parte del cuerpo, las encías pueden golpearse y lesionarse. Por caídas, accidentes, golpes, por comer alimentos con puntas o bordes afilados, o bien, por aplicar demasiada fuerza al cepillarse, se puede dañar el tejido gingival.

Los hematomas sobre el tejido gingival se observan de color rojo oscuro, violeta, marrón e incluso negro. La presencia de sangrado y el dolor en la zona son otros síntomas que se dan con la pigmentación.

En general, revierten por sí solos y no es necesario ningún tratamiento médico. De todos modos, si aparecen muchos hematomas y no hay una causa aparente que los haya generado, será necesario consultar a un profesional de la salud, pues puede tratarse de alguna afección en la coagulación de la sangre.

Ingesta de algunos medicamentos

El uso de ciertos fármacos puede tener como efecto secundario el oscurecimiento de las encías. Algunas mujeres, por ejemplo, experimentan cambios de coloración de la mucosa bucal – que se torna más negruzca o grisácea – por el uso de pastillas anticonceptivas.

Nevo azul

El nevo azul es una mancha redonda, plana o ligeramente elevada, de color negro o azul. Es un lunar inofensivo que se observa como una peca en la encía. No se conoce con seguridad cómo y por qué se origina. Aparece con mayor frecuencia en las mujeres, y se suele desarrollar durante la niñez o la adolescencia.

El médico suele realizar el diagnóstico con la simple observación durante el examen bucal y no necesita ningún tratamiento. De todos modos, si comienza a cambiar de forma, tamaño o color, se debe realizar una biopsia. En este procedimiento se extrae parte del tejido para analizarlo y descartar o confirmar alguna transformación maligna que indique cáncer.

Amalgama

La amalgama es un material de uso odontológico que sirve para realizar empastes, reconstrucciones o incrustaciones dentales. Se trata de una aleación de plata y mercurio, que en la actualidad ya casi está en desuso, pero que fue muy popular hasta no hace mucho tiempo.

Durante su colocación se corre el riesgo de que se desplace material al interior del tejido gingival de manera accidental. La consecuencia es la aparición de una mancha negra en la encía conocida como «tatuaje».

El diagnóstico en general se realiza a simple vista durante el examen bucal, sobre todo si hay un elemento dentario restaurado con amalgama próximo al tatuaje. Aún así, una radiografía también puede ser de utilidad, ya que este material tiene una imagen radiopaca característica.

No es necesario ningún tratamiento porque un tatuaje es inofensivo. Para prevenirlo se puede pedir al odontólogo que no utilice amalgama en las restauraciones, o bien, si esto no es posible, que se realice un aislamiento con goma durante la intervención. Esto separa los dientes de las encías, lo que evita que ingrese material a los tejidos vecinos.

Mácula melanótica

Las máculas melanóticas son manchas que aparecen en diferentes partes del cuerpo, incluso en las encías. Parecen pecas que tienen entre 1 y 8 milímetros de tamaño, no se acompañan de ningún otro síntoma y son inofensivas.

La causa de su aparición es desconocida, algunas personas nacen con ellas y otras las desarrollan en el transcurso de la vida. En algunos casos están asociadas a afecciones como el síndrome de Peutz-Jeghers o la enfermedad de Addison.

No requieren ningún tratamiento. Si cambian de forma, color o tamaño, el médico puede sugerir realizar una biopsia para buscar cáncer.

Melanoplaquia

Este tipo de encías negras está asociado a causas genéticas y hereditarias. Los genes, al igual que con el color de ojos y de piel, influyen en la tonalidad que tienen las encías.

Las personas con melanoplaquia son aquellas que poseen más melanina en su tejido gingival. Esto no tiene ninguna gravedad, pues se trata del color propio de la mucosa de ese paciente.

Quiste de erupción

Cuando un elemento dentario está por erupcionar, puede aparecer un quiste lleno de líquido. A veces, el contenido es sangre y líquido, lo que hace que la encía se vea oscura o negra.

En algunos casos, asociados a un trauma previo sobre el quiste eruptivo, la lesión se llena de sangre y esto recibe el nombre de «hematoma de erupción». También se ven como una elevación en la encía de una tonalidad azulada o morada.

Son frecuentes en niños en el período de erupción dental. Pueden suceder tanto en los dientes de leche como en los permanentes. La mayoría de las veces se resuelve por sí mismo, cuando el diente sobre el que se formó logra erupcionar.

Si el elemento dentario no puede salir por sí mismo, el odontólogo hace un pequeño corte sobre el quiste para que la pieza dentaria erupcione.

Tabaco

El hábito de fumar es perjudicial para muchos aspectos de la salud. A nivel bucal, no solo tiñe los dientes, sino que también retarda la cicatrización, aumenta la inflamación y favorece la aparición de cáncer bucal.

Las encías negras son comunes en los fumadores, pues las toxinas del cigarrillo aumentan la pigmentación de las mucosas y les da una tonalidad más oscura. El tratamiento ideal para estos pacientes es eliminar el hábito nocivo. Si esto no es posible, los controles regulares son necesarios debido al riesgo de cáncer.

Cáncer de boca

La presencia de cáncer en la boca puede manifestarse con encías negras o manchas oscuras sobre el tejido gingival. En algunas oportunidades, este será el único síntoma. Otras veces, puede estar asociado a la presencia de ulceras abiertas, sangrado, tumoraciones e hinchazón de la boca. También es posible experimentar dolor o cambios en el tono de voz.

Para confirmar que una mancha oscura en la encía es cáncer, el odontólogo debe realizar una biopsia. Asimismo, suelen ser necesarios otros métodos complementarios, como tomografías computarizadas o tomografías por emisión de positrones. Estas permiten determinar si el cáncer se ha diseminado o cuánta profundidad tiene la lesión.

Los tratamientos dependen del estadio del cáncer y su evolución. En los casos en que no se ha propagado, la extirpación quirúrgica es el tratamiento de elección. En cambio, cuando las células cancerosas se han diseminado a otros tejidos es necesario complementar con radioterapia y quimioterapia.

Controles odontológicos para un diagnóstico certero

Las encías negras, en general, se deben a causas benignas y no tienen consecuencias graves. Sin embargo, otras veces es una manifestación clínica de un problema de salud más grave, como el cáncer bucal.

Por lo anterior, es necesario consultar al odontólogo de forma oportuna ante la presencia de este síntoma. El asesoramiento profesional permite tener un diagnóstico certero y saber qué conductas o tratamientos son necesarios.

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Jesús, nuestra bandera de Victoria: Día 3 – Apocalipsis 12:10 – Mar 30

Victoria sobre la vergüenza

Al enemigo le encanta hablar. La Palabra de Dios dice que Satanás anda como león rugiente buscando a quién devorar. En Apocalipsis se le menciona como el acusador, se nos dice que acusa día y noche delante de Dios. Satanás es astuto y sabe que una de las mejores maneras de matar, robar y destruir nuestro potencial dado por Dios es crear un comentario alrededor de nuestro pecado que nos mantiene en una mentalidad perpetua de indignidad. Quiere que vivamos en vergüenza.

Ya ves, la culpa es sobre lo que hemos hecho, pero la vergüenza es sobre quién eres. Muchos de nosotros aceptamos que Dios nos ha perdonado por lo que hemos hecho pero aun permitimos al enemigo acusarnos y apagarnos con mentiras sobre quiénes somos inherentemente. Estas mentiras nos paralizan de aceptar y caminar en el propósito de nuestras vidas. Somos llamados a usar los dones y talentos que Dios nos ha dado para hacer una diferencia en el mundo, pero si no nos liberamos de la vergüenza y la indignidad, nunca seremos capaces de lograr completamente aquello para lo cual Él nos ha creado.

Cuando Jesús intercambió en la cruz nuestro pecado por Su justicia, Él nos hizo completamente nuevos. Quienes éramos no tiene ninguna influencia en lo que somos ahora. Somos hijos de Dios, totalmente perdonados, cubiertos por gracia, empoderados para hacer grandes obras para Su gloria. Solo esto debería moldear nuestra identidad. La voz de la vergüenza que contradice esa verdad es simplemente una mentira.

Durante la Semana Santa, recuerda lo que Dios dice de ti, Su hijo, y toma cautivo cualquier pensamiento que no se alinea con Su Palabra. Jesús vino para que tuviéramos vida en abundancia. ¡Desecha la vergüenza y sigue el cumplimiento de tu propósito divino!.

Citas Bíblicas para estudiar:

1 Pedro 5:8
Apocalipsis 12:10
Hebreos 12:1
2 Corintios 5:17
2 Corintios 10:5
Isaías 61:7

Amén

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MEDITACIÓN DIARIA

Jesús, nuestra bandera de Victoria: Día 2 – Romanos 8:1 – Mar 29

Victoria sobre la culpa

Una de las metas de Satanás es que vivamos en la oscuridad de la culpa de nuestros pasados. Satanás sabe que aun si creemos en que Jesús murió por nuestros pecados, pero seguimos cargando la culpa de ellos, no recibamos verdaderamente la bendición y la libertad de Su perdón. Viviremos en la sombre de nuestro peor pecado. En Juan 9:5 Jesús se refiere a sí mismo como la Luz del mundo, pero en Mateo 5:14 y 16, Jesús también dijo: «Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder…Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos». Jesús nunca esperaría que fuésemos una luz para Su gloria si no hubiese provisto una salida de la oscuridad de la culpa.

Salmos 103:10-12 nos dice que el amor de Dios es más grande de lo que podemos imaginar y que Él ha tomado nuestro pecado tan lejos de nosotros que no podemos comprender del todo la distancia increíble. Cuando Jesús murió en la cruz Él tomó para siempre el peso del pecado de aquellos que creen, ahora podemos recibir libremente Su perdón, vivir sin culpa y sentirnos bienvenidos y aceptados en la presencia de Dios.

A medida que nos acercamos a celebrar la resurrección de Jesús, recordemos que Su muerte compró, no solo nuestro perdón del pecado, sino la autoridad para deshacernos del peso de la culpa.La deuda del pecado, aun tu más grande pecado, ha sido pagada por la sangre de Jesús.

¡Camina en libertad hoy!

Citas Bíblicas para estudiar:

Romanos 8:1
Salmos 130:10-12
Jeremías 33:8
Hebreos 9:14

Amén

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MEDITACIÓN DIARIA

COVID-19: ¿Cómo nos afecta psicológicamente?

Los efectos de la crisis global que estamos sufriendo, van mucho más allá del ámbito sanitario o económico. Muchos niños y adultos están pasando una crisis psicológica. Hasta un 78% de la población puede llegar a sufrir algún tipo de trastorno psicológico durante esta crisis por covid-19.

La situación actual de la pandemia es muy similar a la que ya vivimos hace unos meses. Estamos ya, en muchos lugares del mundo, en la segunda oleada de la covid-19.

Ante este panorama, diversos estudios ya nos advierten de que las consecuencias psicológicas de esta segunda oleada pueden ser peores, incluso, que las de la primera. Como se suele decir, llueve sobre mojado.

Cuanto antes detectemos estos problemas, antes podremos trabajar para solucionarlos y evitar que sus efectos aumenten y nos hagan más daño aún.

COVID-19: Los efectos psicológicos de la segunda ola

En estos tiempos de pandemia resulta fundamental valorar nuestra salud emocional como algo prioritario. Si nuestro equilibrio flaquea, no podremos estar bien para cuidar de nuestra familia ni para rendir en el trabajo.

Veamos, según estimaciones de diversas asociaciones de psicólogos, cuáles serán los problemas que van a verse agravados en esta segunda oleada de la crisis. Busca ayuda profesional si sientes que estos problemas te superan.

Estrés postraumático

En personas que han sufrido pérdidas dramáticas de familiares, con el agravante de no haberse podido despedir de ellos, revivir situaciones similares a las que ya han padecido, puede ser especialmente grave.

Además, muchos profesionales sanitarios que han pasado por situaciones de estrés extremas, a un nivel de ansiedad como nunca antes habían tenido que soportar, también corren el peligro de sufrir episodios de estrés postraumático.

Al revivir, en sus clínicas y hospitales, las mismas experiencias terribles, su equilibrio emocional puede verse muy comprometido.

Depresión

También va a haber un aumento de síntomas depresivos, tales como apatía, desánimo o insomnio. Las personas que quedaron especialmente debilitadas tras la primera parte de la crisis, son más vulnerables a caer en depresión.

Agotamiento

Se calcula que, durante la primera oleada, debido al cúmulo de estrés y ansiedad, alrededor de un 40% de las personas se quejaban de cansancio físico.

En esta segunda oleada, puesto que no hemos tenido tiempo para recuperarnos del impacto emocional de la primera crisis, el agotamiento llegará mucho antes y alcanzará a muchas más personas.

Aumento de la ansiedad

Más de dos terceras partes de la población puede llegar a sufrir, en grados diferentes, crisis de ansiedad. Incluso personas que nunca la han padecido, pueden experimentar, debido a la acumulación de altos niveles de estrés durante prolongados períodos de tiempo, algún episodio.

Señales como un aumento del ritmo cardíaco, sudoración, respiración acelerada, sensación de agitación y nerviosismo, o miedo ante un peligro inminente, pueden ser indicativos de una crisis de ansiedad.

Ante estas crisis, de ser muy profunda y limitante, puede ser necesaria, en un primer momento, la ayuda psiquiátrica y, tras el pico de ansiedad, el apoyo psicológico.

Fobias

Hablamos de fobia cuando las medidas normales de prevención frente al virus se convierten en miedos exagerados a ser contagiados en cualquier momento.

En estos casos la persona puede evitar toda situación que pueda considerar peligrosa y restringir, aún más, su vida social y su actividad fuera de casa, lo que tampoco es saludable.

Incertidumbre y dudas

Quizá el mayor daño, a nivel emocional, que estamos sufriendo es el desconocer cuál es la situación real en cada momento, cuánto tiempo más durará esta crisis sanitaria y qué consecuencias económicas y sociales nos dejará.

Esta incertidumbre hace que todos los problemas anteriormente mencionados, se agraven y se prolonguen en el tiempo.

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Jesús, nuestra bandera de Victoria: Día 1 – Juan 1:26 – Mar 26

Victoria sobre el pecado

Cuando Adán y Eva desobedecieron a Dios por primera vez y comieron el fruto del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal en el Jardín del Edén, el pecado se convirtió en parte de la naturaleza de la humanidad. Desde entonces, los humanos han nacido naturalmente separados de Dios debido a ese pecado. Debido a que Él es perfecto, Dios simplemente no puede estar cerca del pecado. En el Antiguo Testamento, los israelitas debían sacrificar con frecuencia un cordero sin mancha para expiar el pecado. La ofrenda tenía que ser perfecta para cubrir la deuda del pecado: era la única forma en que una persona podía mantenerse en gracia con Dios.

A menudo se refiere a Jesús como el «Cordero de Dios», porque su sacrificio en la cruz cubrió el pecado de la humanidad. Uno de los muchos milagros de la cruz es que revirtió la maldición del pecado de Adán y Eva: así como un acto de pecado separó a toda la humanidad de Dios, el sacrificio hecho por una persona perfecta cubrió el pecado de todas las personas e hizo un camino hacia la reconciliación. Debido a que Jesús se ofreció por nosotros, tenemos la oportunidad de relacionarnos con Dios nuevamente. Cuando Dios nos mira, no ve nuestro pecado: ve la justicia de Su Hijo.

Al entrar esta Semana de Pascua, pasa algún tiempo reflejándote en el regalo increíble que Jesús nos dio cuando dio Su vida para cubrir nuestro pecado. El apóstol Pablo empieza en Romanos 6:23 diciendo, «La paga del pecado es muerte». Ėramos esencialmente muertos en nuestro estado injusto. destinados para la separación eterna de Dios. Pero Pablo continúa el versículo con la última verdad redentora: «mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor». Por Jesús la deuda de nuestro pecado ha sido pagada, y ¡podemos pasar la eternidad en la presencia de Dios!

También, como Jesus nos ha cubierto en Su justicia, somos libres del poder del pecado en nuestras vidas. No te permitas a ser esclavo a tu vieja naturaleza pecaminosa. Jesús ha ganado la victoria sobre el pecado, y ¡Él ha compartido gratuitamente esa victoria contigo! Es para que vivamos en libertad que Cristo nos libertó. ¡Camina en ella!.

Citas Bíblicas para estudiar:

Juan 1:29
2 Corintios 5:21
Romanos 5:18-19
Colosenses 2:13-14
Romanos 6:14
Gálatas 5:1

Amén

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MENTE SANA: No más excusas

Los pretextos pueden ser una forma de mostrar respeto, pero en exceso agotan la confianza. Algunas excusas nos sirven de escudo para no afrontar los miedos.

Jules Renard dijo en una ocasión que el único hombre realmente libre es aquel que puede rechazar una invitación a comer sin dar una excusa. La afirmación puede resultar exagerada pero evidencia algo importante.

Y es que todos hemos recurrido a coartadas más o menos honestas para salir airosos de un apuro, pero la mayoría también hemos sido conscientes de cómo en ocasiones nuestro exceso de indulgencia llegaba a paralizarnos.

Reconozcámoslo: determinadas excusas nos impiden vivir con plenitud; ahora bien,
¿es posible dejarlas de lado?

Las excusas son las razones con las que justificamos comportamientos, fallos o errores. Socialmente adquieren una connotación negativa por el hecho de contener usualmente engaños o medias verdades. Ya lo cantaba Joaquín Sabina: «Me falta una verdad, me sobran cien excusas».

Pero una excusa también puede nacer fruto del arrepentimiento sincero, y ser, como tal, prueba de sabia humildad. Con estas justificaciones nos disculpamos u ofrecemos nuestras razones, tomando así consciencia de nuestros errores y excusándonos por el daño que hayamos podido causar.

La relación que cada uno mantiene con las excusas es totalmente personal y fluctúa según el momento vital en que se halle. Igual de cambiantes resultan el uso y la aceptación de las excusas en función del contexto familiar, social y cultural: qué está bien visto y qué no, qué se espera de nosotros en el trabajo, con los nuestros…

Pero básicamente en lo que todos coincidimos, en lo que a excusas se refiere, es en haber sido a la vez víctimas y verdugos de sus trampas, tanto si hemos recurrido a ellas con alevosía como si nos hemos sentido estafados cuando alguien las utilizaba con nosotros.

La intención positiva de las excusas

La PNL (Programación Neurolingüística) propone la idea de que «todo comportamiento nace de una intención positiva». También las excusas se legitimarían por ese tipo de intención, que busca protegernos o brindarnos algo bueno aunque con ese comportamiento estemos perjudicando a otros.

Esa necesidad de supervivencia explica el éxito de algunos manuales y recopilaciones del tipo: «Las 100 excusas que necesitas para librarte de todo» o «Cómo crear una buena excusa adecuada a cada situación». Las justificaciones están vinculadas a la socialización, a la necesidad de ser reconocidos y amados.

Humberto Maturana, al igual que otros autores, defiende la idea de que los seres humanos somos hijos del amor y de la cooperación, por lo que solo podemos socializarnos a través de la aceptación mutua. Dicha aceptación conlleva, entre otras, una conducta de respeto hacia el prójimo.

Y ahí es donde cobran importancia las nociones de acuerdo, colaboración y reciprocidad, como también la necesidad de eximirnos o justificarnos que provocan las interacciones con «el otro».

¿Cómo es nuestra relación actual con el mundo? ¿Equilibrada? ¿Nos deben algo? ¿Estamos en deuda? Las excusas que pedimos, que damos y nos damos, traslucen aspectos singulares de cada uno.

Lo bueno de lo malo, si es que hubiera perjuicio en esas excusas, es que detrás de ellas casi siempre subyace un buen fin: pedimos o damos excusas para sentirnos mejor, cuidarnos, hacernos perdonar o protegernos de algo. Y lo malo de lo bueno es que el pretexto, que en principio nos alivia, puede también con su abuso convertirse en motivo de malestar.

Esto ocurre cuando acabamos aceptando como verdades lo que en realidad no son más que pretextos que lo que hacen es alejarnos de aquello que pretendemos. Se suele decir que los viejos hábitos son difíciles de erradicar, pero si logramos conectarnos con el poder y el efecto de los avances que deseamos quizá lo podamos conseguir.

Además, corremos el riesgo de que las personas que nos rodean acaben por cansarse de escuchar excusas poco genuinas para justificar nuestros fallos, especialmente si de algún modo sienten que con ellas traicionamos su confianza.

Uso y abuso de las excusas

En su teoría de las relaciones del self, Steve Gilligan firma que las personas, desde su más tierna infancia, necesitan recibir mensajes de aceptación y apadrinamiento para llevar a cabo su proceso evolutivo.

El apadrinamiento positivo consiste en dar y recibir mensajes de autovaloración («existes», «eres único», «eres valioso») y de pertenencia al grupo, familia o sistema («tu contribución es importante», «eres bienvenido», «eres uno de nosotros»). Cuando recibimos estos mensajes, alineamos nuestras acciones y pensamientos para que sean coherentes con ellos.

Pero si este tipo de mensajes falta o falla de algún modo, entonces la persona desarrolla otro tipo de comportamientos que le permiten conseguir esa misma plenitud y reconocimiento, aunque sea de manera disfuncional o a costa de provocar un efecto negativo. Sería el caso de quien intenta ser visto o reconocido por sus malos modos o su agresividad, o de quien se protege con comportamientos de evitación para tratar de ser «bienvenido».

Nuestra necesidad de reconocimiento nos lleva a utilizar las excusas como forma para obtenerlo, pero es importante darse cuenta de que emplearlas de modo compulsivo agota a quien las usa y a quien las recibe.

Una persona que tiende a justificarse en exceso probablemente acabará causando irritación en el otro.

Con cada excusa de más, su confianza y la nuestra disminuyen. Si además los eximentes a los que se recurre son deshonestos, tarde o temprano el otro advertirá el engaño.

No puedes contentar a todo el mundo

Muchas personas ocultan sus errores y defectos con la falsa creencia de que si no lo hacen dejarán de quererlas. Tras las excusas que se dan a los demás también puede hallarse el miedo a no ser querido.

Este fenómeno se produce con mayor intensidad cuando los mensajes de apadrinamiento han fallado, lo que provoca una necesidad de reconocimiento aun mayor. Se intenta entonces satisfacer a los demás por todos los medios y de cumplir con aquello que esperan (o que se cree que esperan) de uno mismo.

Todo ello puede dificultar el reconocimiento de los propios errores o limitaciones, así como de la capacidad para poner límites o para ser honesto a la hora de desaprobar explícitamente una propuesta u opinión por miedo a sentirse rechazado.

La necesidad de corresponder a los compromisos o de hacer lo que socialmente se espera de uno en cada contexto puede llevar a un exceso de cortesía que provoque un efecto contrario al deseado.

Estos sentimientos están íntimamente ligados a nuestra noción de identidad y a creencias limitadoras acerca de cómo debe ser nuestra relación con los demás. Se olvida así que resulta imposible y agotador pretender estar en el mundo intentando contentar a todos.

Ponernos excusas a nosotros mismos

Todos en algún momento de la vida nos enfrentamos a situaciones que suponen un desafío. Frente a estos retos, o incluso frente a la responsabilidad cotidiana de defender nuestras creencias, deseos o necesidades, podemos dudar de nuestra capacidad y valor. Y es ahí cuando empezamos a buscar justificaciones de por qué no podemos afrontarlos.

Las excusas que se da alguien a sí mismo surgen a menudo de su propio miedo a fracasar. Se posterga la acción o se elude la responsabilidad por temor al riesgo o a no estar a la altura, o por no tener la convicción de que el esfuerzo rendirá los resultados apetecidos.

Se trata de «pensamientos dormitivos», en palabras de Gregory Bateson: cuanto más recurrentes son las excusas que se usan para evitar hacer algo, más se debilita la confianza.

La mente brinda todo tipo de explicaciones lógicas que justifican aquello que no podemos alcanzar y que no tardamos en aceptar como ciertas, pues a nadie se engaña tan bien como a uno mismo. Asociamos a ellas nuestras frustraciones del pasado, centrándonos en evitar el fracaso y con ello el dolor, y recordándonos que no somos tan buenos como quisiéramos.

Las excusas se yerguen así como un bálsamo frente al dolor que, pese a reconfortarnos en lo inmediato, nos debilita en nuestra carrera de fondo. Y es que, como escribió Fernando Pessoa: «Las derrotas más dolorosas son las de las batallas evitadas», de manera que lo que parecía ser la solución se convierte en el problema.

Pero, ¿qué pasaría si en vez de permanecer estancados decidiéramos empezar a dar pequeños pasos hacia nuestro destino? Incluso aunque alguna molesta voz interna nos reproche la osadía y nos empuje a no hacer nada.

Salir del círculo de las excusas

Wayne W. Dyer, creador del proceso «Basta de excusas» y del libro de ese título (Excuses Begone, 2009), recuerda que cada uno es responsable de su futuro y propone estrategias alternativas a estos pretextos balsámicos.

Las excusas que damos sobre lo que podría haber pasado si las cosas hubieran sido de distinta manera solo llevan a gastar energía inútilmente. El adagio popular «agua pasada no mueve molino» encaja perfectamente en lo que queremos decir.

Algunas personas justifican sus fracasos por pertenecer a una familia con pocos medios, otras achacan su infortunio a la separación de sus padres. Los más vinculan su mala suerte a problemas de personalidad o a su falta de carácter, incluso a su exceso de peso. Excusas del tipo: «si hubiera tenido más estudios», «si yo fuera más alto», «si tuviera más dinero», «si mi pasado hubiera sido diferente», consumen la autoestima y, además, no tienen remedio.

La vida nos da derrotas y bendiciones y, aunque a veces resulte difícil, es nuestra tarea encontrarle sentido a la existencia.

Las excusas no suelen ofrecer opciones de crecimiento, aunque pretendan protegernos del fracaso. Si queremos transformarlas en recursos deberemos legitimar dicha función actuando, en ocasiones, como si no escucháramos esas voces internas y, en otras, negociando con ellas y apaciguándolas.

Las excusas que cargamos a lo largo de la vida no solo hacen que perdamos las riendas de nuestro destino y las oportunidades del presente, sino que en un futuro nos pueden llevar a perder el tiempo preguntándonos qué habría pasado si hubiéramos reaccionado con más valor.

Enfréntate a las excusas: ¿Te atreves?

Debemos animar a las personas a equivocarse, a probar las cosas antes de dominarlas, pues, como decía Shakespeare: «El buen juicio es resultado de la experiencia, y esta es, a menudo, resultado del mal juicio». Eso es lo que hacen precisamente las excusas: negarnos la posibilidad de experimentar.

Un buen ejercicio consiste en revisar cuáles son nuestras excusas más recurrentes para valorar, acto seguido, si nos están apartando de algo o de alguien, o bien si nos impiden pensar en algo o invertir nuestras energías en obtener mayores logros, como ser mejores padres, compañeros, emprendedores o cualquier otra cosa que pretendamos.

Y si llegamos a la conclusión de que alguno de esos pretextos nos está perjudicando o nos impide hacer algo beneficioso para nosotros, entonces quizá sea el momento de afrontar los temores que se enmascaran detrás de ellos.

No decimos que sea fácil, pero existen formas de dejar esas excusas en el camino y poder andar más ligeros. Ya sea solos, acompañados o buscando ayudas externas.

¿Qué tal si nos entrenamos a equivocarnos cada vez mejor? Sin grandes ambiciones, sabiendo que así aprenderemos a «cómo hacer» y, otras veces, a «cómo no hacer», y que quizás encontremos la manera de excusarnos con honestidad y dignidad cuando nos equivocamos, puesto que cometer errores nos enriquece y nos hace estar vivos.

Anna Freud comparaba la existencia con una partida de ajedrez: «Las primeras jugadas son importantes, pero hasta que la partida no se termina quedan algunos hermosos movimientos por hacer». ¿Y si admitimos nuestras debilidades y dejamos de negarlas como si nada ocurriese?

Nuestro deseo es que las excusas nos sirvan para hacernos más libres, no para entorpecernos la vida.

Cuando excusarse ya no es útil…

Si excusarse a menudo buscando aceptación no rinde los resultados apetecidos, conviene hacer cosas diferentes.

Deja de defenderte y de justificarte si eso no funciona

Muchas personas se sienten acosadas y, sin embargo, intentan ser reconocidas sin éxito. Agradece las críticas sin tomarlas como algo personal, especialmente si son cuestionamientos sinceros.

Acepta que no siempre se puede ser el «bueno» de la película

Puede que los demás te otorguen otro papel y que no puedas hacer nada para cambiarlo. En ocasiones, hay que aceptar que la percepción de los demás no depende de uno mismo.

Esto ocurre, por ejemplo, en situaciones de desencuentro, competición o tras una ruptura amorosa. No se puede pretender dejar una relación de pareja y que todos nos vean con buenos ojos.

Aprende a practicar el «NO» si no se te da bien

Prueba a poner pequeños límites y observa si realmente dejan de «quererte» por ello. Empieza poco a poco y así desarrollarás esta nueva habilidad.

Si te sientes culpable, permítete experimentar la «Culpa Buena»

Se trata de un sentimiento habitual que surge cuando dejas de hacer algo que antes hacías para que te miraran bien. Y tiene una razón de ser positiva que te permite crecer a ti y al otro.

Dejar que un hijo cometa un error para que aprenda algo experimentándolo, o claudicar en una relación de pareja agotada son ejemplos habituales de «culpa buena».

Reconoce a los demás

Recuerda que es imposible obtener el reconocimiento del otro sin darlo. Eckhart Tolle dice: «Invita al otro tal como es, invítate a ti mismo tal como eres».

Observa que, curiosamente, el otro cambia cuando tú dejas de mantener tus viejas respuestas.

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7 días para Orar: Día 6 – Santiago 5:16 – Mar 25

Ensúciate

Orar nunca es una última línea de defensa. Es nuestra primera línea de ofensa. – Craig Groeschel

La Biblia nos dice que oremos por otros. Una cosa que hacen nuestras oraciones es alentar a las personas. Cuando recibimos un mensaje de texto, una nota, o una llamada telefónica de alguien diciendo que oraron por nosotros, eso nos alienta.

Al orar por otros, nosotros estamos en la primera linea de sus vidas. Nosotros oramos por su beneficio. Mientras crecemos en nuestra cercanía con Dios, orar por otros será más fácil, más natural, e incluso más emocionante. Así que, a medida que avanzamos en nuestro día, ensuciemos nuestras rodillas y oremos. Aquí hay tres grupos por los cuales orar:

Nuestro círculo íntimo
El círculo más pequeño son las personas en nuestra vida con las cuales somos más cercanos, incluyéndonos a nosotros mismos. Este grupo nos necesita en sus vidas. Consiste de miembros de la familia y nuestros amigos más cercanos. Orar por este grupo será más fácil porque los conocemos mejor. Una mayoría de nuestras oraciones van hacia personas en este grupo porque ellos están en primer plano en nuestras mentes.

Nuestro círculo del medio
Este círculo del medio será más grande que nuestro círculo íntimo. Este grupo consiste de buenos amigos, conocidos y miembros de la familia extendida. No siempre sabremos por qué orar por las personas en este grupo; sin embargo, oramos por ellos de todas maneras. Un simple, «Dios, por favor, brinda Tu sabiduría a Juan» o, «Dios, yo oro que ella legue a conocerte» será suficiente.

Nuestro círculo exterior
Este grupo será el grupo más grande en nuestra vida. Consiste de personas que no conocemos o con las cuales hayamos interactuado una vez. Podría ser el líder de un país, una celebridad, o un mesero de un restaurante. Las oraciones por estas personas no serán especificas, sino, mas bien, oraciones generales serán apropiadas.

Aquí hay algunas ideas que nos ayudarán a comenzar:

  • Haz una lista diaria y ora por ella.
  • Siéntate en quietud y permite que Dios traiga personas a memoria.
  • Marca un recordatorio en tu teléfono que te recuerde a orar.
  • Apaga la música mientras conduces y ora.
  • Ora en el momento que la necesidad se presente.

Para impactar a otros, debemos detener nuestras propias agendas. Nuestras oraciones no tienen que ser largas, y nosotros no tenemos que preocuparnos por el resultado. Nosotros hicimos nuestra parte. Nosotros podemos permanecer sobre la verdad de que cada oración que oramos será escuchada por un Dios bueno y amoroso. Nuestras oraciones pueden ser tanto espontáneas como planeadas. Cuando Dios dice que nosotros podemos venir a Él por cualquier cosa y por todas las cosas, Él realmente lo dice en serio.

Aceptemos Su oferta.

Reflexiona

  • Toma tiempo en organizar tus diferentes círculos y haz un plan para acudir a Dios en su nombre con regularidad.
  • Escribe cualquier revelación que Dios te haya hablado a través de este plan de lectura bíblica o el devocional.

Citas Bíblicas para estudiar:

Mateo 19:26
Romanos 8:26
Santiago 5:13-16

Amén

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MEDITACIÓN DIARIA

HOMBRES: ¿Qué es y por qué se produce el Esmegma?

La aparición de una sustancia blanca y de olor fétido en los genitales puede ser común, sobre todo cuando no se tiene una higiene adecuada. Esta sustancia es llamada ‘esmegma’. Conoce más sobre ella a continuación.

La higiene en los genitales, tanto masculinos como femeninos, es muy importante para evitar la aparición de malos olores y posibles infecciones. Una de las consecuencias de una higiene deficiente es la aparición de esmegma.

A pesar de que la acumulación de esmegma es más frecuente en hombres, también puede estar en los genitales femeninos. Esta sustancia aparece en condiciones normales, sin embargo, cuando hay una cantidad excesiva es capaz de generar un olor fétido, por lo que puede ser muy incómodo.

¿Qué es el esmegma?

El esmegma es una secreción natural del cuerpo humano cuya función principal es lubricar el pene y la vagina para facilitar el coito. En los hombres suele aparecer en el surco balanoprepucial, justo debajo del glande del pene, secretado por las glándulas de Tyson o pápulas perladas.

En las mujeres esta secreción aparece alrededor del clítoris y entre los labios mayores y menores de la vagina. No suele generar un mal olor cuando hay poca cantidad acumulada, sin embargo, el problema aparece cuando se mezcla con otros componentes del cuerpo.

Cuando esto ocurre, el esmegma adquiere un tono blanquecino con una consistencia que asemeja al queso y un olor bastante fétido. Entre las sustancias con las que se puede combinar la secreción para que adquiera estas características destacan las siguientes:

  • Células muertas de la piel.
  • Secreciones de la próstata.
  • Células blancas de la sangre.
  • Hormonas sexuales.

Es muy común encontrar la presencia de esta secreción en hombres que padecen fimosis o que no están circuncidados. Esto se debe a que en ambas situaciones el glande está cubierto por el prepucio, por lo que la higiene puede ser bastante complicada.

¿Puede traer alguna complicación?

Un, hombre, tenencia, el suyo, pene, con, blanco Foto Premium

La principal repercusión del esmegma en la vida de quien la padece es psicológica. Al emanar un olor fétido de los genitales es posible que la persona se sienta cohibida de mantener relaciones sexuales, ya que esto puede ser algo que le genere vergüenza.

Algunos análisis microscópicos han demostrado la presencia de bacterias en esta sustancia. Por ello, su acumulación en exceso originaría infecciones. Además, en los hombres puede desencadenar una patología llamada balanopostitis, que es la inflamación del glande y el prepucio.

Por otro lado, el esmegma es capaz de endurecerse con el pasar del tiempo, por lo que puede ocasionar que el prepucio o los labios vaginales queden adheridos. Cuando esto ocurre es doloroso y requiere intervención médica.

Durante años se asoció la presencia esmegma con el desarrollo de cáncer de pene o de útero. No obstante, diversos estudios han demostrado que no existe relación alguna. Esto quiere decir que no hay una justificación científica que exponga que el esmegma es un agente carcinógeno.

Tratamiento y prevención del esmegma

En la mayoría de los casos, la acumulación de esmegma no requiere un tratamiento ni un mecanismo de prevención específico. Al ser un problema asociado a la falta de higiene, tan solo es necesario realizar lavados con agua tibia y jabón de forma periódica para eliminar los excesos.

De esta manera, los hombres y mujeres propensos a la producción excesiva de la sustancia deben tener tener una adecuada higiene genital diaria. Es importante que tomen como una rutina cotidiana el lavado para evitar la aparición del mal olor, sobre todo después de mantener relaciones sexuales.

Se debe recordar que durante y después del coito el cuerpo sigue produciendo hormonas sexuales y lubricantes, las que son parte de las sustancias que conforman al esmegma. Para evitar posibles irritaciones en el glande y la vagina se debe usar jabón neutro poco abrasivo y no frotar la zona con demasiada fuerza.

Por otro lado, cuando el esmegma es producto de una fimosis u otra anomalía puede ser necesario aplicar antibióticos tópicos y otras cremas como parte del tratamiento. Estos medicamentos ayudan a regular el funcionamiento de las glándulas de Tyson.

En caso de haber una complicación a causa de la acumulación de esmegma es importante acudir al médico. Solo el profesional será capaz de solventar dicha situación e indicar la terapéutica a seguir.

La higiene genital es fundamental

Prevenir los malos olores genitales y las diversas patologías que los puedan causar suele ser sencillo y casi siempre está relacionado con la higiene. Se debe tener en cuenta que se trata de una zona húmeda, por lo que se puede favorecer a la proliferación de microorganismos que generen mal olor.

La aparición de esmegma no suele traer graves consecuencias para la persona y unas cuantas medidas de aseo son suficientes para que la sustancia disminuya su concentración.

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RELACIONES – SALUD – SALUD DE LA A-Z – SALUD SEXUAL

NIÑOS: Consulta Médica a Domicilio

Por el Dr. Glenner Goatache – PEDIATRÍA

La Medicina en sus inicios consistía en visitar al enfermo en su casa, y en los hospitales se concentraban aquellos enfermos que no tenían familia o lugar en donde vivir. Sin embargo debido a los avances en herramientas diagnósticas y terapéuticas posteriormente se invirtió esta relación.

Pero en los últimos años y sobretodo este año debido a la Pandemia de COVID19 ha sido una modalidad de atención que se esta usando cada vez mas para evaluar los enfermos en su casa y evitar la propagación del virus.

La OMS define la Atención Medica Domiciliaria a aquel recurso que permite proveer asistencia sanitaria en el domicilio del enfermo.

Es una herramienta tanto para el médico como para los sistemas sanitarios; que tiene muchas ventajas no solo en la parte económica ya que ahorra costos a los sistemas de salud.

También disminuye los tiempos de espera para consulta. Y Permite la evaluación de los pacientes que sufren discapacidad y es difícil para ellos movilizarse.

Los Niños y la Atención en casa

En Pediatría tiene una ventaja enorme ya que, al visitar a los niños en su ambiente donde se sienten cómodos, protegidos y tranquilos, permite no solo realizar con mayor facilidad la evaluación médica; sino que mejora la relación entre la familia y el equipo de salud.

Permite hacer seguimiento en casos de enfermedades crónicas y evaluar el ambiente del enfermo verificando que cumpla con las medidas necesarias para una adecuada atención.

Consultar al pediatra puede hacerse desde casa, de forma telefónica como se ha estado haciendo con otros servicios médicos, o con la visita del profesional cuando el estado de salud del niño así lo requiere.

Como la misma situación mundial lo exige, para que este servicio se lleve a cabo, hay normas a seguir, una de ellas es conocer de antemano, como la asepsia y ventilación del espacio donde se va a atender al pequeño paciente, de la misma manera, los elementos de protección de las personas que habitan con él y practicar las medidas de distanciamiento.

De otra parte, el médico tratante debe portar todo el equipo de protección especial y cumplir con las normas de asepsia en manos y calzado antes de entrar al sitio, al tiempo que su indumentaria debe cumplir con las normas clínicas. Los tiempos de asistencia no suelen ser extensos

Una vez en la revisión, todo se cumple como en un consultorio, con la respectiva evaluación, quedando en contacto para un seguimiento, aunque las próximas 24 horas se hará un monitoreo por parte del médico tratante.

La telemedicina es una consulta con orientación por parte de los pediatras y va dirigida a casos menos complejos, donde por medio de una videollamada se pueden resolver dudas acerca del estado de salud del niño.

En lo personal, me encanta esta modalidad de atención ya que siempre es un gusto y una alegría poder ver a los niños en su ambiente y poder jugar con ellos en su casa, eso facilita mucho que confíen en su médico.

Si necesitas Atención Médica Domiciliaria para tu pequeño peques, no dudes en contactar al Dr. Glenner Goatache quien te brindará un excelente y cálido servicio durante su visita en tu hogar.

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BEBE Y MAMA – LACTANCIA MATERNA – MATERNIDAD

7 días para Orar: Día 5 – Santiago 1:17 – Mar 24

Mantente agradecido

Aprender a orar no nos ofrece una vida menos ocupada; nos ofrece un corazón menos ocupado. –
Paul E. Miller

Nosotros hemos escuchado decir que las personas felices no siempre son agradecidas pero las personas agradecidas casi siempre son felices. Pensemos sobre eso. De todas las personas agradecidas que conocemos, ¿cuántos son miserables? Cero.

¿Cómo nos mantenemos agradecidos durante las vidas ocupadas que llevamos? Siendo intencional. Las cosas más gratificantes en nuestras vidas requieren una gran cantidad de intencionalidad. Y mantenerse en un estado mental de gratitud requiere intencionalidad.

Una de las mejores maneras para que nuestro corazón se mantenga en una postura de gratitud es contar nuestras bendiciones. Así es. Literalmente comienza a nombrarlas. Simplemente detenerse y contar nuestras bendiciones nos llevará a una revision de actitud. Comienza una lista en tu dispositivo, escribe en notas adhesivas o configura una alarma en tu teléfono que te recuerde nombrar cinco cosas por las cuales estás agradecido.

Aquí hay varias recomendaciones que nos ayudarán a ser intencionales sobre cultivar un corazón agradecido:

Detente y huele las rosas

Nuestro Dios es una Creador increíble. Todo lo que vemos en la naturaleza es su obra. ¿Cuántas veces hemos quedado sin palabras al ver un amanecer? Cuando esos momentos lleguen, solo di,«¡Gracias Dios!»

Alegra esa cara

Cuando las cosas no salen de acuerdo al plan que teníamos en mente, en vez de enfocarnos en lo que no obtuvimos, enfoquemos en lo que  tenemos. Está bien sentir el ardor de la decepción, pero no vivamos allí. Expresemos nuestra gratitud a Dios por todo lo que sí tenemos.

No dejes de creer

Quizás la manera más grande de caminar en gratitud como seguidores de Cristo es recordar lo que Él ha hecho por nosotros. Jesus dejó Su lugar junto a Su Padre en el Cielo para venir a nuestro rescate. Debido a Su acto perfecto y desinteresado, no tenemos que temerle a la eternidad. Si realmente permitimos que esto penetre, nuestros corazones serán agradecidos.

Así que seamos agradecidos en todas las cosas y en todos los sentidos: por el bollo de pan que está en nuestra alacena, el tanque lleno de gasolina en nuestro automóvil, y los seres queridos de los cuales disfrutamos. Pero que nunca olvidemos a Aquél que entregó todo Su poder y autoridad para venir a un mundo quebrantado para que pudiéramos vivir para siempre con Él. Si nos despertamos cada día con esa visión en nuestra mente, las primeras palabras que saldrán de nuestros labios serán simplemente «Gracias». Y honestamente, si todo lo que hacemos por siempre es agradecerle a Dios, eso es algo bastante bueno.

Reflexiona

  • ¿En cuáles areas de tu vida te es más sencillo ser agradecido?
  • Por los siguientes siete días, comienza tu día agradeciéndole a Dios por las bendiciones que hay en tu vida. Mantén una lista actualizada.
  • Escribe cualquier revelación que Dios te hable a través de la lectura biblica de hoy o a través del devocional.

Citas Bíblicas para estudiar:

Juan 3:16
Romanos 6:23
Colosenses 3:15
Colosenses 4:2
Santiago 1:17

Amén

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MEDITACIÓN DIARIA